Con ventas por u$s 16.400 millones el año pasado, 150.000 empleados y más 3.000 locales de venta en todo el mundo, Gap en tamaño es mucho más grande que su competencia. No obstante ello, está perdiendo participación de mercado.
Los analistas del mercado señalan que sus marcas Gap, Old Navy y Banana Republic no están atrayendo a los compradores, señal de que existen problemas estructurales que van más allá de algunas equivocaciones relacionadas con el diseño.
Paul Pressler, CEO de Gap desde 2002, admitió el año pasado que sus primeros esfuerzos por controlar mejor las operaciones y costos de Gap podían debilitar la capacidad de “crear productos asombrosos , lo que significa que la compañía no pudo encontrar el equilibrio adecuado entre su lado comercial y su lado creativo.
Para Neil Stern, de McMillan Doolittle, una consultora especializada en venta minorista, Gap se convirtió en una víctima de su propio éxito. Después de crecer en los ochenta y noventa, a expensas de las tradicionales tiendas de departamentos, perdió importantes segmentos de su base de clientes originalmente amplia, agregó.