En La Divina Comedia, Dante, en compañía de Virgilio, recorre todas las instancias del Purgatorio y el Infierno hasta acceder al Paraíso, donde se encontrará con Beatrice, quien habrá de guiar sus pasos entre el destello de los ángeles y las almas puras. A través de ese periplo, denunciará a algunos nombres de la alcurnia florentina, sus perversiones y abusos de poder. Esto, como siempre sucede en la vida, le costará el destierro de su amada Firenze. Se instala entonces en Verona con su hijo, y éste decide comprar una propiedad y afincarse en la región.

Ya han pasado más de 600 años y más de 20 generaciones de Alighieri vivieron y murieron allí. Y no es para menos: el lugar es un verdadero paraíso. Ubicada en una colina cercana a Gargagnago di Valpolicella, en Sant’Ambrogio del Véneto, la masía está rodeada de viñedos, olivares, bosques y jardines. Desde 1353, los Alighieri cultivan en esa finca llamada Casal Dei Ronchi cuatro variedades de aceitunas: leccino, frantoio, casaliva y grignano. Los frutos son cosechados a mano a mediados de noviembre y molidos de acuerdo al método tradicional, con muelas de piedra. Una vez obtenido el aceite, éste se deja estacionar para que se asiente y de esta forma se evita el filtrado. El aceite Serègo Alighieri, de oliva virgen extra, huele a manzanas tibias y tiene tonos herbáceos. En boca es dulce, suave, con un marcado regusto a aceitunas frescas y un ligero final algo pimentado. En la región suelen usarlo para aderezo de pastas con leve salsa de tomates, zucchini, ajo, romero, tomillo fresco y algunas láminas de

montasio, un queso de leche de vaca parcialmente descremada, de masa compacta y bien característico del Véneto.

B.S.