

Tal vez me apresuré cuando dije que el mercado de deuda de los países emergentes se había vuelto aburrido. Ecuador, por ejemplo, ofrece al inversor hábil (o al especulador temerario) una oportunidad de divertirse gracias a Rafael Correa. El nuevo presidente hizo comentarios que sugieren que su país podría entrar en default y tomar la decisión de no pagar el cupón que vence el 15 de febrero a los tenedores de sus bonos al 2030.
Estos comentarios no pueden atribuirse a la ignorancia con respecto a las potenciales consecuencias, ya que Correa es un economista que estudió en Bélgica y Estados Unidos, y ha sido ministro de Economía.
Aunque no está claro si Correa está simplemente tratando de asustar, lo que es evidente es que Ecuador es un tablero que puede ofrecerle al especulador en mercados emergentes horas de entretenimiento.
En un mundo inversor con excesiva capitalización y excesiva actividad de arbitraje, Ecuador provee mucha volatilidad. Los pequeños o medianos fondos de inversión especializados en emergentes, o el individuo rico y aventurero, pueden ganar o perder millones. Y no tendrán que competir por posiciones con los administradores de cartera de Swiss Re o Fidelity, cuyos gestores de riesgo no autorizarían una nueva posición en Ecuador.
Los analistas señalan que, si Ecuador quisiera reducir los pagos correspondientes a los intereses sobre la deuda extranjera, podría simplemente refinanciar los bonos a una tasa más baja, como hizo el año pasado con una nueva emisión.
Los bonos de Ecuador al 2015 se están negociación con un rendimiento de alrededor de 13,5%, con un ratio demanda/oferta de 77 a 80,5.
Sea como fuere, en no más de un mes se sabrá si el presidente Correa decide realmente declarar un default. Pero una declaración formal involucra un gran movimiento logístico y exige contratar firmas legales. Todo esto demanda tiempo, incluso en un país bien organizado. Antes de que ocurra, los ministerios relacionados deben contratar nuevo personal. Un mes no alcanza para todo esto.
Por otra parte, Gautam Jain, analista de Barclays, no cree que “el presidente Correa tenga mucho para ganar con una cesación de pagos. Espero una recuperación de corto plazo en los bonos tras el pago de febrero 15. Yo coincido con él. Y alguien puede ganar con todo esto.










