n LK-Tel –que bajó su cortina en abril– y Gativideo –la semana pasada– se transformaron en la dos primeras víctimas del combo mortal que significan para la industria la piratería y la crisis financiera.

Se trataba de dos de las tres empresas más fuertes del mercado, a tal punto que tenían a su cargo la distribución de los títulos de varias de las cinematográficas más grandes del mundo. Mientras que LK-Tel manejaba los lanzamiento de Sony, Gativideo se ocupaba de los de Disney, MGM y Fox.

El caso de Gativideo, fue el que terminó de prender la luz de alerta en el sector. En los primeros días de agosto se produjo un único lanzamiento, de una docena de títulos que la compañía tenía programados, y así terminó la historia de la distribuidora.

Gativideo siempre fue uno de los puntos más altos del mercado de películas hogareñas. Desde comienzos de la década del 80, cuando irrumpieron en el mercado local los VHS, se posicionó justamente con LK-Tel y AVH, como los puntales del negocio, a tal punto que se repartieron el manejo de la cartera de productos que llegaba de Hollywood.

El avance de la piratería fue tal, que según cifras que maneja la Unión Argentina de Videoeditores (UAV) en los dos últimos años cerca de un 50% de videoclubes cerró o se pasó a la piratería. Esto último, todo un símbolo que indica cómo algunos decidieron rendirse.