

El lunes, por primera vez desde que asumió la presidencia de Repsol YPF, hace diez meses, Antonio Brufau, el presidente de la petrolera española, se animó a traducir en público lo que todas las refinadoras reclaman en privado desde mediados de 2004. El ejecutivo catalán dijo que los precios locales (de los combustibles) “poco a poco tendrán que adaptarse a la realidad, para acompañar el crecimiento de la economía . Pero a la hora de las definiciones, Brufau se excusó de precisar los cuándo y cómo de ese sendero para sincerar los precios en los surtidores del país.
Ayer, las petroleras que intervienen en el negocio de la refinación coincidieron en decir que la Argentina “es uno de los pocos mercados que, a nivel de los combustibles, no se enteró que desde enero de 2003 el precio internacional del crudo trepó un 132,7%, con un barril de WTI que pasó de costar los u$s 30 a los u$s 69,81 de ayer .
Y para validar el retraso que registran los precios de los combustibles en el país apelan a los valores que rigen en los mercados vecinos: “Un litro de nafta súper hoy se vende en la Argentina a $ 1,88 (u$s 0,646), un 48,73% más barato que en Uruguay (u$s 1,26), un 42,32% menos que lo que se paga en Chile (u$s 1,12), un 40,18% inferior a Brasil (u$s 1,08) y hasta un 15% por debajo de Paraguay (u$s 0,76) , precisó un alto ejecutivo del sector.
“Esa foto la tenemos todos en la industria y, obviamente, el Gobierno. Pero en este contexto, a dos meses de las elecciones, ¿quién va a cortarse solo para anunciar un aumento? , se sinceró otro petrolero. “Todos tienen muy presente la reacción que provocó Shell en el Gobierno cuando, con un WTI a u$s 55, intentó aumentar apenas un 2,6% las naftas y un 4,2% el gasoil , agregó.
La líder, en la mira
Ése no es el único punto en el que coinciden las refinadoras. También dicen que, tarde o temprano, si se mantienen estos valores del WTI, los combustibles van a aumentar. “Y eso lo sabe el Gobierno, porque hacia adelante no hay más margen para otro acuerdo de estabilización de precios como el que pactamos las productoras y refinadoras de enero de 2003 a mayo de 2004 , reconocen en el sector.
Por ese acuerdo, las productoras “puras –Pan American Energy, Chevron San Jorge, Vintage Oil y Tecpetrol– abastecieron a las refinadoras “no integradas (Shell y Esso) con un precio estable, a u$s 28,50 el barril. Pero en esos 17 meses Shell y Esso acumularon una deuda de u$s 96 millones, que empezarían a pagar recién cuando el crudo volviera a cotizar por debajo de u$s 28,50.
“Nunca pasó, y es más que probable que no volvamos a ese precio en años. Por eso, ningún productor estaría dispuesto a sumar una acreencia que no sabe cuándo cobraría , opinó un consultor.
En una de las cuatro grandes jugadoras del negocio advirtieron que “con ese escenario de precios en escalada, en los últimos dos años el aumento no llegó a la gente sólo por este esfuerzo compartido entre el Gobierno y la industria. Pero si el crudo sigue aumentando, esa cooperación no podrá mantenerse más en el tiempo. No todas las refinadoras tienen crudo propio –de hecho, sólo Repsol YPF está totalmente integrada– y falta gasoil para abastecer, que el país tendrá que seguir importando .
Mientras, todos esperan una decisión de Brufau. “El de los combustibles , concluyó una fuente, “puede ser un tema de discusión en la agenda con el Gobierno en 2006, pero sólo si Repsol YPF hace punta y decide que llegó el momento de liderar un reclamo en el que también cree, pero que hasta ahora prefirió postergar .










