Por Jesica Mateu
En el mundo son muchas las empresas que gozan de más de 100 años. Pero son sólo algunas las que mantienen en su cabecera a integrantes de la familia que las fundó. Tradición, identidad y una historia que los define forman parte de Victorinox, la firma suiza centenaria que de ser una pequeña fábrica de cuchillos pasó a ser un holding que comercializa, además, navajas, relojes, equipajes y perfumes.
Es que: había una vez, hace 125 años, una pequeña aldea de los Alpes suizos llamada Ibach. Allí vivía Karl Elsener quien, en 1884, abrió su taller de cuchillería. Tiempo después se convirtió en proveedor oficial del Ejército suizo de las hoy célebres navajas de bolsillo y para oficiales. En 1909 el taller, por entonces devenido en fábrica, fue bautizado por Elsener como Victoria, en honor a su madre que acababa de morir. Poco más de una década después y a partir de la aparición del acero inoxidable que revolucionó la producción de cuchillos, sumó al nombre original el vocablo Inox. Así, la empresa pasó a llamarse: Victorinox.
Luego de la Primera Guerra Mundial, en 1945, los militares estadounidense que luchaban en Europa vuelven a su país y mencionan los beneficios de una innovadora navaja multiuso que utilizaba la Armada suiza (swiss army, en inglés). Fue el comienzo del éxito en tierras extranjeras.
Rogelio Abella, presidente de Suevia Group -representante exclusivo de los relojes Victorinox Swiss Army en Argentina- destaca que “no sólo la marca sino toda la familia cumple 125 años . Es que los descendientes de su fundador aún están al frente: Carl Elsener Jr, es el Ceo y Presidente de Victorinox. La firma cuenta con filiales en ocho países (Brasil, Chile, China, India, Japón, México, Polonia y Estados Unidos) en cuatro continentes, pero la sede central continúa en Ibach, ciudad de 10 mil habitantes. Allí se celebra en octubre el nuevo aniversario de la firma.
En 2002 se suma al holding, los relojes Victorinox Swiss Army (a partir de la incorporación de la marca Swiss Army existente desde 1989 y hasta entonces operada por el socio de distribución en Estados Unidos) que aterriza en la Argentina dos años después, en 2004. En el país se puede encontrar el surtido de 180 modelos en 90 joyerías con tarifas que oscilan entre los 500 y los 3 mil euros aproximadamente. Con una facturación local, en 2008, de u$s 2 millones, se estima un incremento para este año de un 15 por ciento.
En honor al 125 aniversario, la marca lanzó al mercado dos novedades de la colección Infantry Vintage: el reloj Jubilee Edition, que se produce únicamente durante este año; y el Limited Edition, con sólo 125 piezas. De ellas, dos se vendieron en el país por u$s 1.291 cada uno. El modelo se caracteriza por contar con una combinación única de rojo intenso y amarillo oro en la esfera.
Los dos ejemplares creados especialmente para el aniversario, lucen en el reverso de la caja, el sello 125 Years, Your companion for life, rodeado del célebre escudo de la cruz de la marca. La colección Infantry Vintage, además, ostenta un estilo retro que evoca los años ‘40. Por su inspiración en la fabricación de instrumentos de precisión y de fiabilidad militar, posee una escala telemétrica alrededor de la esfera. Con la ayuda de la aguja del cronógrafo, la escala permite medir la distancia de un acontecimiento por el tiempo transcurrido entre el instante en el que se ve y el instante en el que se oye. Así, esta función utilizada en sus orígenes por la artillería, puede determinar, por ejemplo, la distancia de una tormenta a partir del tiempo que pasa entre la producción del relámpago y el sonido del trueno.
Victorinox Swiss Army, es junto a Rolex, la única empresa de relojes con categoría de fundación. Eso implica además de cuestiones globales, que no se puede vender y que tiene obligaciones sociales que cumplir , comenta Abella. De esta manera, entre otras acciones de responsabilidad social, la fábrica provee la luz a la población de Ibach. Allí además, tal como indican desde la firma el sistema de calefacción -tanto de la planta de producción como de 120 viviendas a su alrededor- forma parte de una red de calefacción urbana alimentada casi exclusivamente con el calor residual de la empresa. Así, la idea es disminuir los efectos negativos en el medio ambiente. Por ello también se recicla, en las instalaciones suizas, barro de amolado y se recupera anualmente unas 600 toneladas de ese material de desecho. Asimismo, la firma posee un concepto global para la eliminación de sustancias tanto sólidas como líquidas; y la compra de materiales y de embalaje de los productos se realizan según criterios ecológicos.
Además de cuchillos, navajas y relojes, Victorinox posee fragancias, moda y equipaje. En Nueva York y Londres, la marca ya tiene su propio store.