A mediados de julio, el Banco Central había anunciado que iba a elevar los encajes de los bancos del 20 al 30% a partir de agosto. Antes de que esta norma se pusiera en práctica, el jueves pasado los volvió a subir, esta vez del 30 al 40% que deben inmovilizar los bancos por el dinero que reciben. Ante esta nueva disposición, el Banco Nación, que es la entidad que miran todos al ser el del Gobierno y el que responde en forma directa al ministro de Economía, Luis Caputo, subió la tasa de plazos fijos del 33 al 34,5% para individuos y al 36,25% para las empresas. Pero, mientras la suba de 150 puntos fue para las tasas pasivas, es decir, las que pagan los bancos por los depósitos a plazo, para las activas casi que las quintuplicó, ya que las elevó 700 puntos. Se trata de las tasas que cobra por préstamos o líneas de financiamiento para empresas y particulares. El adelanto en cuenta corriente con acuerdo, que tenía una tasa nominal anual del 51%, ahora pasa a tener una TNA del 58%. Mientras un descubierto en cuenta corriente, que tenía una tasa del 70, pasa a una del 77%, mientras que si este mismo descubierto no había sido solicitado previamente, tenía una tasa del 78% y ahora pasa a tener una del 83%, con un costo financiero total del 104%. El Nación suele tener las tasas más bajas, mientras los privados suelen tener tasas activas más altas, y encarecer más los créditos, al punto que estiman subirlas 800 puntos como mínimo. La pregunta del millón es cómo harán para controlar la mora ante este escenario: "Con dificultades", confiesa el CEO de un banco, al tiempo que amplía este concepto: "Se restringe un poco de todo, menos plazo, menos monto y más exigencia de scoring". El tema es que ninguna empresa que no esté asfixiada económicamente le tomará plata a estas tasas: "El crédito a las pymes se corta", se sincera el gerente general. "No veo que se solucione antes de las elecciones. Hasta octubre tendremos esto y después veremos en función de los resultados de las elecciones. Son meses para empatar", admite. "La tasa es restrictiva por sí misma, pero por lo general se achica monto y se refuerza umbral mínimo de scoring para que entren principalmente lo mejores riesgos de alta calidad. Las tasas de personales pasarán de entre 65 y 68% a entre 75% y 80% en promedio", revela el CFO de un banco privado. Un colega de otra entidad hace foco en la mora, que subió a niveles del 5%, "por eso la tenés que tener bien priceada en la tasa. Si cobrás 80% versus una inflación del 30%, ya tenés descontado que la mora te va a aumentar". Para Pablo Repetto, Jefe de Research de Aurum Valores, el riesgo de tener tasas tan volátiles y al mismo tiempo altas en términos reales es que eso se traduzca en un efecto negativo para la economía real y para la mora de las empresas y personas. "Esperaría que en la medida que el tipo de cambio haya hecho la corrección, que era evidente se necesitaba, las tasas entren en un sendero menos complicado y esto se acomode". Guillermo Barbero, socio de First, agrega que "no es bueno que se prolonguen en el tiempo tasas activas reales positivas altas, pues comprimen la actividad comercial y aumentaran los incumplimientos, por lo cual esperemos que se recupere el equilibrio prontamente". Desde la consultora Invecq, dirigida por Esteban Domecq, concluyen que, luego de que el BCRA anunció un aumento de los encajes de 10 puntos porcentuales para llevarlos al 40% a partir de 1° de agosto, el impacto de esta medida todavía es incierto. "Los bancos podrían reaccionar bajando las tasas pasivas o subiendo las activas, lo que no necesariamente aliviaría la presión sobre el dólar, y podría endurecer aún más las condiciones para el crédito y la actividad, que hace un tiempo ya enfrenta tasas reales elevadas".