Luego que el ministro de Economía, Martín Guzmán, reafirmara sus intenciones de cumplir con la meta de tipo de cambio oficial del Presupuesto 2021 ($102,40 en diciembre), el Banco Central ajustó el ritmo devaluatorio desde el 4% mensual alcanzado en enero a 2,5% en estos días.
Sin embargo, desde Delphos alertan que esta desaceleración fue paulatina, lo que demora su efecto como ancla de la inflación: "Asimismo, la dinámica de precios de los servicios no resulta afectado por la menor depreciación del peso. El objetivo del presupuesto implica que el ritmo de depreciación debería seguir desacelerándose por debajo del 1% mensual. Esto implicaría una apreciación real del tipo de cambio oficial de alrededor del 12% a lo largo de este año".
En Ecolatina señalan que, a partir de este mes, la dinámica del dólar oficial empezaría a parecerse cada vez más a la de los anteriores años electorales. Dicho de otra manera, a partir de ahora, el dólar oficial iría quedando cada vez más lejos de la inflación, que posiblemente también se desaceleraría, influida en parte por la menor tasa de depreciación.
"En este marco, si bien el objetivo mencionado por Martín Guzmán pone a diciembre 2021 como horizonte, entendemos que las chances de atrasar al dólar hasta las elecciones de octubre son todavía mayores".
En LCG apuntan que en los 11 primeros días de marzo, la medición del tipo de cambio multilateral que publica diariamente el Banco Central mostró una apreciación del 1,5% respecto de los mismos días del mes previo. Y esta dinámica se suma a la apreciación del 1,7% en enero y del 1% en febrero: "De mantenerse esta decisión, el tipo de cambio que, hasta hace unos meses, lucía adecuado para el gobierno, quedará atrás".
Desde Consultatio se preguntan si el BCRA seguirá con su "tablita" original de crawling-peg, o asumirá el costo de tener que bajar el ritmo de devaluación más lento: "Como referencia, si la inflación no baja de 3% en todo el año, terminando en 49% anual, la apreciación del tipo de cambio real hasta noviembre sería del 6,5%".
Si bien la relación empírica entre el tipo de cambio real y la brecha es difícil de encontrar o justificar, la realidad es que, conceptualmente, no debería ser neutral para el tipo de cambio "libre" que el tipo de cambio real "controlado" esté más apreciado.
La lógica es, quizás, más indirecta: un tipo de cambio real más apreciado complica el balance cambiario y la propia dinámica de reservas podría llevar a poner más presión a la brecha. En Consultatio estiman que, por cada 5 puntos de apreciación real, el BCRA podría perder u$s 250 millones.
Por otra parte, un retraso en el tipo de cambio oficial puede afectar la competitividad externa en algunos sectores: "Un ritmo mayor de devaluación que fije un tipo de cambio de alrededor de $ 114 en diciembre próximo implicaría una apreciación cercana al 6%, lo cual sería un cambio muy paulatino frente al nivel actual", precisan en Delphos.
Relacionado con esto, es importante mirar también la dinámica del dólar CCL, que en la actualidad se encuentra cerca de los $ 150 por dólar: "Nuestro escenario base de nuestro dólar de convertibilidad (circulante + depósitos a la vista + 50% de los depósitos a plazo sobre reservas internacionales) brinda un tipo de cambio alternativo de alrededor de $ 180/185 a fin de año, teniendo en cuenta la capacidad de entes oficiales de moderar saltos discretos. En un escenario donde la inflación alcance el 47%, el CCL se apreciaría alrededor de un 14% adicional, que se suma al proceso sostenido de apreciación desde los máximos observados en octubre de 2020. En un escenario de mayor salida de capitales el CCL podría ubicarse en torno a los $ 200, un nivel que compensaría aproximadamente la inflación de 2020", concluye el paper de Delphos.