Si bien los bonos en dólares se han recuperado con fuerza en el último mes y medio por el trade electoral, los inversores han valorado mejor a los créditos corporativos y sub soberanos.
Las cuentas provinciales se muestran más sólidas que el soberano, aunque cada distrito tiene sus propios desafíos macroeconómicos.
En ese sentido, y para tener una visión más clara sobre la situación provincial, El Cronista conversó con Víctor Fayad, ministro de economía de Mendoza, sobre la actualidad fiscal del distrito y las perspectivas hacia adelante.
Mercados a Fondo
En particular, Fayad detalló la situación fiscal de Mendoza, así como también enfatizó sobre la imposibilidad del BCRA de imponer a las provincias normas sobre con qué recursos deberán pagar las deudas a sus acreedores.
-¿Cuál es el estado de situación de las cuentas de Mendoza?
-Creo que, a la hora de hablar de finanzas públicas de una provincia, hay que contextualizar a las mismas. Se suele evaluar con la misma vara a las distintas provincias, y la realidad es que son muy distintas las circunstancias de cada una. Es muy distinta la relación fiscal de cada provincia con el Gobierno nacional. Hoy las cuentas de Mendoza están ordenadas. El año pasado cerramos con el tercer ejercicio presupuestario superavitario, aún después de considerar el gasto de capital, es decir, todo lo que es obra pública y todo lo que es amortización de la deuda. En Mendoza ya hace tres años que venimos siendo superavitarios y esperamos que este sea el cuarto.
- ¿Qué piensan hacer con ese superávit?
-En primer lugar, queremos avanzar en la baja de impuestos. Desde el 2017 venimos disminuyendo alícuotas de ingresos brutos, de sellos, y topeando los aumentos de los impuestos patrimoniales un poco por debajo de la inflación. También lo que buscamos, aún en un contexto de baja de impuestos, es seguir manteniendo los superávits corrientes para poder financiar nuestro plan de obras. Y, en tercer lugar, tratar de, en la medida que sea conveniente, refinanciar pasivos, y en la medida que sea conveniente, pagarlos. Es decir, tener la posibilidad de elegir pagar los pasivos y disminuir la deuda.
-La baja de impuestos es un reclamo de toda la sociedad a todo el sector público...
-Nosotros ya lo estamos abordando desde hace tiempo. La política tributaria de Mendoza sigue las líneas del consenso fiscal que firmaron todas las provincias en 2017. En aquel momento, las provincias se comprometieron a una baja de impuestos distorsivos, como lo son Ingresos Brutos y Sellos, y poner el foco en recaudar impuestos patrimoniales, como el inmobiliario y el automotor. Después, la situación macroeconómica se nos llevó puesto.
-Mendoza lo mantuvo...
-Exacto. En Mendoza y Córdoba nos inclinamos por cumplir a rajatabla lo que el consenso buscaba. Básicamente era cortar con el efecto cascada de Ingresos Brutos. Es decir, disminuyendo las alícuotas en las actividades primarias e intermedias y manteniéndolas en el sector terciario o comercial. Hemos bajado impuestos, logrado mantener el superávit, pagar las deudas y financiar nuestro plan de obras.
- ¿Qué impuestos bajaron?
-Desde el 2017 inclusive venimos bajando alícuotas, concentradas básicamente en el sector intermedio, industria y transporte, y también en el sector PyME. Lo mismo hemos hecho con el sellado. Hemos disminuido a la mitad el sellado para transferencia de vehículos o para la adquisición de vehículos nuevos. Están exentos todo lo que es el sellado de créditos al sector productivo y todo lo que es, obviamente, créditos hipotecarios. Por el lado de los patrimoniales (automotor y el impuesto inmobiliario), lo hemos mantenido pagable.
-Hubo un proceso de desendeudamiento de la deuda provincial...
-Exactamente. El año pasado, en diciembre, en términos de endeudamiento, se logró llegar a mínimos históricos de 20 años en niveles de deuda. Atravesamos la barrera de los mil millones de pesos, cosa que Mendoza no hacía desde el momento en el que se privatizaron los bancos y la provincia tuvo que asumir una deuda enorme.
- ¿En cuanto a los ingresos, cuánto depende Mendoza de la coparticipación?
-La coparticipación es mal llamada recursos de origen nacional. El gobierno nacional recauda también de contribuyentes mendocinos. Es decir, Mendoza tiene mucha actividad privada, con empresas empresarios y emprendedores que son todos esos contribuyentes de IVA, de ganancia y de otros impuestos que aportan a lo que después la provincia recibe. Mendoza recibe casi lo mismo que aporta en términos de PBI. Sin embargo, en términos per cápita, Mendoza recibe muchísimo menos que el promedio nacional y está siempre entre las tres que menos reciben.
-Eso es algo sistémico...
-Absolutamente todas las provincias, con excepción de provincia de Buenos Aires y apenas Córdoba y Santa Fe, reciben muchísimo más de lo que aportan.
-Existen también los giros del Gobierno Nacional por fuera de la coparticipación..
-Exacto. Esos son los giros que son discrecionales. Es decir, las que el Poder Ejecutivo Nacional decide a quién le da, a quién no le da o cómo se lo da. Y ahí, otra vez, estamos al fondo de la tabla. Y la verdad es que no tiene sentido porque no se explica. Nunca explica el Gobierno Nacional por qué le da 10 veces más a un riojano que a un mendocino, o 3 veces más a un chaqueño que a un mendocino, o varias veces más a un formoseño que a un mendocino. Por eso, nosotros hemos aprendido a vivir con lo nuestro.
- ¿Cuánto limita esa diferenciación con Mendoza a las cuentas públicas?
-Te dejo un cálculo simple. Si tuviéramos la misma coparticipación que el promedio nacional per cápita, podríamos duplicar los sueldos de todos los empleados de la provincia. Para que te dé una idea de la magnitud del reparto injusto de los fondos discrecionales.
- ¿Cómo afecta a Mendoza el torniquete al cepo que el BCRA aplicó sobre las provincias en cuanto al acceso de dólares para el pago de su deuda?
-La resolución del BCRA sobre la forma de pago de la deuda de las provincias es muy poco profesional desde el punto de vista legal, técnico y hasta literario. Está mal escrito. Pretende arrogarse facultades que el BCRA no tiene y que las provincias nunca delegaron. Es absolutamente imprecisa y absurda. Busca regular o hacer extensiva una medida del sector corporativo al público. Vuelve atrás en el tiempo. Además, casi todas las provincias, salvo dos, ya hicieron lo que la normativa pedía.
-Es decir, el BCRA pide algo que no puede exigir...
-Totalmente. El BCRA quiere que las provincias usen sus dólares para pagar la deuda. Por más que el BCRA quiera, eso es algo que el Central no puede disponer. No hay ninguna normativa que avale que el BCRA se entrometa en la relación de una provincia y sus acreedores, o en las decisiones de inversión de una provincia o en las decisiones de qué tipo de moneda se usa para el pago de una deuda. El disparate es que el BCRA intenta impedir que las provincias accedan a un mercado en el cual se operan divisas, con el solo artilugio de tratar de sostener el desastre en términos monetarios y cambiarios por no tomar las decisiones que deben tomar. Pretende cargar en terceros los errores, desmanejos e impericias en materia de política monetaria y cambiaria.
-¿Qué está haciendo la provincia en materia de deuda?
-Nos dedicamos a refinanciar pasivos, siempre que sean en mejores condiciones. A su vez, buscamos pagar cuando las condiciones no son convenientes y financiar proyectos. El último financiamiento fue el del bono verde para financiar al tranvía. Buscamos cuidar las condiciones financieras y comparándolas con los retornos sociales de los proyectos. La política de financiamiento del Gobierno es exclusivamente para proyectos de capital, priorizando con organismos multilaterales. Por suerte en Mendoza hace rato que es pecado y mala palabra tomar deuda para gastos corrientes. Ya nos pasó con los gobiernos peronistas anteriores y nos fue muy mal.
-Mendoza suele tener buena reputación desde el lado crediticio...
-Es un trabajo de largo plazo. El mercado premia las administraciones saludables, la reputación, el trato con inversores, el hecho de que Mendoza tiene una cualidad institucional, en términos de no reelección. La mayoría que se requiere en la provincia para tomar deuda requiere los dos tercios de cada una de las cámaras. Nunca un oficialismo provincial manejó los dos tercios de las cámaras. Por lo tanto, ningún partido político puede desconocer la deuda que tiene la provincia y no puede no hacerse cargo. En Mendoza nadie puede hacerse el distraído ya que ningún Gobierno que venga puede desconocer lo que hizo el anterior en materia de deuda.
- ¿Qué perspectivas tiene para Mendoza dado el boom turístico gracias al rally del dólar?
-Las perspectivas son buenas para el turismo. El sector privado trabaja muy bien. Han generado productos y servicios muy interesantes, competitivos y atractivos. La marca Mendoza es muy fuerte. Ya estamos en un nivel muy profesional de quienes se encargan de recibir al turista. Falta un poco ya que la demanda es mucha y el recurso humano no se capacita tan rápido. Pero vamos por buen camino. Al margen de la competitividad nominal, esperamos que los servicios turísticos de Mendoza se mantengan y crezcan. Somos dependientes de la conectividad área local e internacional.