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Ahorrar no es tarea sencilla, y menos en un país como la Argentina donde las constantes devaluaciones, inflación, y pérdida del poder adquisitivo hacen que haya que estar muy atento a las distintas herramientas de inversión para que el dinero no pierda su valor.
Pero incorporar el hábito para algunos es más difícil que otros. Por suerte, existen algunos métodos o desafíos diseñados especialmente para dar ese primer paso y empezar a ahorrar de forma sencilla y hasta divertida.
La idea es incentivar el ahorro y sirven para empezar a adquirir disciplina y constancia. Es importante tener un objetivo claro y llegar a la meta; de lo contrario pueden no tener el efecto esperado y desmotivar a las personas a continuar con ellos.
¿En qué consisten?
Según un artículo de El Economista, estos desafíos hoy se viralizan muy rápido y suelen aparecer en blogs especializados o redes sociales. Entre los más comunes se destacan el reto de las 52 semanas, el de los sobres, el de los 100 días, el de los 10 pesos y la botella. Aunque cada uno tiene sus reglas y métodos específicos todos tienen en común ayudar a las personas a guardar una parte de sus ingresos para utilizarlos en un futuro.
Por ejemplo, el de las 52 semanas consiste en ir de menor a mayor. Acá, el ahorrador sumará primero apenas $10 y esa cantidad se irá incrementando cada semana, es decir, la primera semana ahorrará $ 10, en la segunda $ 20, en la tercera $ 30 y así sucesivamente hasta cumplir el año, que son 52 semanas. Por supuesto, en Argentina sería ideal comenzar con un piso más elevado, aunque en realidad la idea es que cada uno lo haga en base a su salario y sus objetivos.
Otro es el desafío de los sobres, que consiste en comprar 100 sobres y enumerar cada uno, revolverlos y colocarlos en una caja. Cada día deberá sacar un sobre y colocar la cantidad de dinero correspondiente al número del sobre.
Otro es el de "Un día sin gastar", que, como su nombre lo dice, consiste en pasar 24 horas sin gastar nada, salvo en cosas esenciales como comida o transporte. La idea es dejar de gastar en cosas innecesarias o tentarnos con cosas que no son esenciales.
Los métodos japoneses también son muy frecuentes. Uno de ellos es el "Kakeibo", que consiste en un cuaderno de contabilidad que se utiliza para definir objetivos de ahorro y cómo alcanzarlos. A principio de mes se debe anotar todos los ingresos y gastos fijos para ser conscientes de lo que se necesita y, el resto, ahorrarlo.
La letra chica
Estos retos en realidad se pueden considerar como una estrategia para el bolsillo y dependerá de cada persona, de acuerdo con sus ingresos y propósitos, establecer cuál es la mejor o la que más se adapta a su bolsillo para que rinda frutos en un futuro.
Sin embargo, según el medio especializado, este tipo de prácticas solo funcionan cuando las personas están convencidas de ahorrar y apartar una cantidad específica, de lo contrario, pueden sentirse frustrados por no llegar al propósito de solamente ahorrar por ahorrar.
Por más mecanismos que se le sugiera al usuario, cuando la persona no tiene la convicción de ahorrar, ningún reto funciona. Todas estas estrategias se diseñan para ayudar, pero primero que nada se debe tener la convicción de ahorrar.
A muchos principiantes les cuesta trabajo adecuarse a estos desafíos ya que es una práctica que no tienen arraigada, además de que al principio se inicia con ánimo, pero conforme transcurre el tiempo se baja el entusiasmo y deriva en no continuar.
Para que estos retos en verdad se cumplan es necesario que los ahorradores hagan repeticiones frecuentes de una actividad, y en este caso en el tema de ahorro, si las personas incorporan esta práctica de manera seguida por tres meses se considera que ya forma parte de su rutina diaria.
Y hay algunas desventajas a tener en cuenta. Para los especialistas, ahorrar es sano para el bolsillo pero el problema de estos retos es que incentivan el ahorro informal, además de que el dinero ahorrado pierde su valor a causa de la inflación y al estar al alcance de la mano, le pude ganar la tentación de utilizarlo en vez de ahorrarlo.