Lo único positivo que puede darse en este tema es que se llegue a un acuerdo en enero, es decir, un acuerdo con todos los holdouts que permita colocal deuda. Esto le daría aire al Gobierno y puede cambiar bastante el panorama.

El déficit fiscal está disparado. Sólo el 35% de las arcas del Banco Central (BCRA) son reservas activas. En este escenario, la soja no va a aportar una cantidad suficiente de dólares a la economía porque su precio ya está en u$s 400 y continuará cayendo porque está aumentando el área sembrada en Estados Unidos. Creo que nadie está viendo este problema.

Es por esto que en caso de un default largo, sin dólares de la soja o de la deuda, quedan dos opciones. Devaluar mucho con inflación y recesión para trabar importaciones y reducirlas en u$s 8.000 ó u$s 9.000 millones ó ver qué se puede hacer para contraer deuda. El año próximo habrá que cumplir con el pago de unos u$s 6.000 millones de deuda que no está en default y vamos a tener que rascar el tarro en materia de dólares.

En este contexto, el dólar oficial subirá todavía más. Hoy estamos como en diciembre de 2013 y la brecha no subió más porque las tasas de interés reales son más altas.

Por otro lado, creo que la lectura del mercado es que éste es un default sin quita, es decir, nadie está esperando que haya quita contra los bonos en default a lo sumo, que se entregarán por los activos en default bonos con otra legislación.

Con respecto a la aceleración de los bonos, considero que el Gobierno debería pensar en dar señales de que en enero podrá resolverse el tema con los holdouts para mantener los precios altos y reducir este riesgo. Si continúan los discursos agresivos, los bonos podrían comenzar a caer y en este caso la aceleración se volverá atractiva. Si el Par cayera a u$s 25, es probable que surgan otros buitres que en este caso tendrán un negocio servido con ganancias de 400%. Hoy los incentivos de exigir el pago total e inmediato de la deuda no es un incentivo tan grande, el acreedor tendría que litigar para cobrar.