En Argentina los desequilibrios macroeconómicos y monetarios suelen ser resueltos "por las malas" , es decir vía licuación. Un ejemplo claro de ellos son los diversas devaluaciones de los últimos años.
El mecanismo de licuación, incluso, suele ser aprovechado por los gobiernos para limpiar el peso de sus deudas en términos reales, sea mediante inflación o vía saltos discretos del tipo de cambio.
Si bien algunos agentes advierten que esta vez el Gobierno no la tiene tan fácil, ya que viene emitiendo bonos indexados por dólar o inflación, un informe privado sostiene que el peso de este tipo de deuda aún es acotado como para impedirle al Gobierno limpiar pasivos "por las malas".
"En las últimas semanas notamos mucha inquietud alrededor de los niveles que alcanzaron los pasivos del sector público (Banco Central más Tesoro) y nuestra visión es que los stocks de títulos y pases son muy altos en relación a la demanda de circulante", reconoce el documento elaborado por la Consultora 1816.
No obstante, el mismo informe aclara que que casi todo el stock sigue siendo "licuable".
¿Cómo es esto? Actualmente hay $ 2,9 billones de Base Monetaria, $ 4,2 billones entre Leliq y pases y $ 3,3 billones de deuda del Tesoro en manos privadas (este último dato corresponde a estimaciones de la consultora).
"Son $ 10,4 billones en total y apenas el 21% (que es el 67% de la deuda soberana en manos privadas) ajusta por CER o por dólar oficial", explica el informe.
Por último, 1816 reitera que la licuación sigue siendo un escenario posible, aunque, destaca, "hay otros más virtuosos". Entre estos últimos la consultora privada resalta la posibilidad de que crezca la demanda de circulante.
También menciona que existen algunas soluciones aún peores que la licuación, como podría ser una reestructuración de deuda, tal como sucedió en 2019.
Más allá de que la deuda indexada en manos de privados siga siendo una porción pequeña en relación al total de la deuda pública total en pesos, también es cierto que es la más buscada por los inversores, algo que puede verificarse en la gran mayoría de las recomendaciones de brokers o gerenciadoras de fondos, que aconsejan a sus clientes posicionarse en papeles que los cubran de devaluación o de un nuevo salto inflacionario.
En lo que refiere en particular a los pasivos remunerados del Banco Central, si bien son una gran mochila debido a la enorme emisión endógena que generan sus intereses, no parecieran representar un indicio de riesgo sistémico.
"Hoy esa liquidez está regulada y, además, no tiene opciones de irse a otro lado, porque la demanda de crédito está knock out y la liquidez bancaria va en forma pasiva al BCRA", acotó días atrás a este medio el director de la consultora Ledesma, Gabriel Caamaño.
Para Caamaño, la forma "sana" de desarmar la montaña de Leliq y pases es que se reactive la demanda de pesos y que esa liquidez se vaya naturalmente del Banco Central, los bancos empiecen a colocar crédito y, entonces "dejen de colocar pasivos remunerados en exceso".