Más de tres años después del inicio de la expansión económica, la Reserva Federal liderada por su presidente, Ben Bernanke, mantiene el pie en el acelerador en cuanto a compras de bonos del tesoro y títulos hipotecarios para aumentar el ritmo de crecimiento y sanar a un mercado laboral que aún no ha cicatrizado de la recesión más profunda desde la Gran Depresión.

Como reconoció el último comunicado de la Fed ’aunque las condiciones del mercado laboral han mejorado en los últimos meses, la tasa de desempleo aún es elevada’. Con esta frase en la memoria y con la certeza de que las tasas de interés en EE.UU seguirán donde están por mucho tiempo y los programas de estímulo se mantendrán otro tanto, Wall Street abre semana económica escuchando de nuevo al señor Bernanke, aunque en esta ocasión el marco será la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres disertando sobre las lecciones aprendidas de la crisis, según publica Sala de Inversión.

El sector inmobiliario, fuente (hasta ahora inagotable) de gratificaciones y sorpresas desde el año pasado, volverá a ser noticia con el índice de ventas de casas nuevas para el que, tras repuntar casi 16% en enero, se espera una contracción de 2,8% hasta 425.000 viviendas. Apoyarán el análisis del sector las ventas pendientes de viviendas, o los contratos firmados para la compra de propiedad, con un crecimiento anticipado de 0,7%, y los precios de la vivienda en las 20 mayores metrópolis de EE.UU. elaborado por S&P Case/Shiller, previstos en enero un 7,9% por encima del año anterior.

Tras los datos de vivienda, y sin bajar la guardia, los inversores esperarán la publicación de la última revisión del Producto Interno Bruto del cuarto trimestre el jueves, antes de mover ficha hasta la próxima semana, debido a que los mercados harán una pausa el viernes por la celebración religiosa del Viernes Santo. Respecto al PIB, el consenso del mercado anticipa un crecimiento revisado al 0,5% desde el 0,1% de la lectura anterior, que afianzaría el crecimiento económico de la primera potencia mundial por 14 trimestres consecutivos. De permanecer en 0,1%, la expansión del PIB sería la más débil desde que comenzó la recuperación en el segundo semestre de 2009, y resaltaría el hecho de que el recorte del gasto está desacelerando la recuperación.

Otro sector activo esta semana por el cúmulo de referencias es el manufacturero de cuyo repaso se encargarán el índice de la Fed de Chicago, el de Dallas y el de Kansas; así como el PMI de Chicago de marzo, previsto en 57 enteros en marzo desde 56,5 puntos el mes previo. Sin embargo, la referencia más importante de la industria fabril estos días son los pedidos de bienes duraderos, los cuales bajaron inesperadamente en enero un 4,9% por el desplome del gasto en defensa, que tras los ajustes impuestos en el presupuesto por la Casa Blanca y el Congreso a principios de año, disminuyó a su nivel más bajo en una década, a lo que se sumó el desmoronamiento de la demanda de aviones civiles. En esta ocasión, las expectativas señalan un incremento del 3,8% en las órdenes de productos diseñados para durar al menos tres años.

El consumidor esta semana estará presente a través del índice de confianza del Conference Board anticipado en 69 puntos en marzo, tres enteros más que el mes anterior; o el índice de optimismo elaborado por la Universidad de Michigan, que de acuerdo a las estimaciones también aumentará a 72,9 puntos en marzo.

Los ingresos y gastos personales clausuran la agenda el viernes, aunque el mercado los cotizará el lunes, tras el largo fin de semana. De cumplirse las previsiones, los ingresos de los estadounidenses habrán crecido 0,9% en febrero, animando también un aumento del gasto al 0,6%.