El dólar oficial vivió un jueves para el olvido, con una fuerte suba de $ 55 que lo llevó a cotizar a a $ 1330 para la compra y $ 1380 para la venta, cerrando julio con un aumento total de $ 165.
Estas turbulencias generaron ruido pese a las explicaciones del Gobierno, que argumenta que se trata de una volatilidad propia de un esquema de flotación.
"El tipo de cambio flota y tenemos que acostumbrarnos: puede subir, pero también puede bajar", expresó el propio ministro Luis Caputo el jueves por la noche en una entrevista con radio Perfil.
"En julio de 2024 y en febrero de 2025 el dólar había llegado a los mismos niveles. No es nada que no hayamos visto ni que no hayamos esperado", señaló el ministro, quien afirmó que la suba del tipo de cambio se debe a la incertidumbre política por un eventual regreso del kirchnerismo al poder.
En medio de este panorama, distintos analistas y especialistas salieron a proyectar qué podrá pasar con las cotizaciones en las próximas semanas, entre ellos Orlando Ferreres, quien señaló cuál es el "precio de equilibrio" que marca la paridad teórica.
Cuál es el nuevo precio de equilibrio del dólar, según Orlando Ferreres
Al ser consultado durante una entrevista radial por los motivos que llevaron a estos movimientos cambiarios, Ferreres apuntó contra el desarme de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI).
"El tema de las LEFI, que se terminaron cuando no hacía falta, provocó un ruido muy grande en el sistema. Fue un mal momento para elegir sacar eso. Evidentemente era un problema a solucionar después de las elecciones, y ahora están arriesgando bastante subiendo las tasas para intentar frenar esa tendencia", indicó.
Para Ferreres, hay síntomas claros, como los movimientos del turismo y los costos de los precios argentinos, que marcan que el tipo de cambio debería ser incluso "un poco más alto"
"¿En cuánto debería estar? Es difícil decirlo, pero nosotros estimamos la parida teórica de equilibrio, que da $ 1813 pesos por dólar. Es cierto que ese precio era para épocas donde había un déficit fiscal muy grande y un gasto publico muy elevado, ahora es diferente, hay superávit y el balance del BCRA está bastante bien. Por ese mismo motivo puede no llegar a ser una guía, pero tampoco lo es el esquema de los $ 1000 a $ 1400 pesos que fijaron las bandas", describió.
En esa línea, Ferreres reconoció muestras de desconfianza por parte del mercado, con el hecho de que una cuarta parte de los tenedores de deuda en pesos no hayan renovado sus inversiones, a pesar de las altas tasas.
Sin embargo, y pensando en un posible salto devaluatorio tras las elecciones, Ferreres cree que esos movimientos no impactarán en la inflación de 2026, que se mantendrá en niveles de entre un 10% y un 15% anual.