La tensión financiera sigue escalando, en medio de la fuerte incertidumbre política y tras la devaluación que aplicó el Gobierno. Dicha tensión se refleja principalmente en las cotizaciones paralelas del dólar, que continúan trepando con fuerza hasta alcanzar nuevos máximos históricos en términos nominales.
La mayor presión alcista se observó este miércoles en el mercado informal, donde se acercó a los $ 800. El precio del billete repuntó $ 50 (6,8%) respecto al cierre de la jornada previa, por lo que se negoció en $ 770 en la punta de compra y $ 780 en la de venta en las cuevas del centro la ciudad de Buenos Aires.
Los dólares financieros, en cambio, mostraron mayor moderación, en medio de un rebote de los títulos de referencia. La cotización del dólar MEP a través del bono GD30 retrocedió 2,4% para ubicarse por debajo de los $ 652, aunque el CCL mediante Cedear avanzó 3% hasta situarse alrededor de los 723 pesos.
Los operadores se mantienen atentos a eventuales señales por parte del Gobierno y de los candidatos con más chances de ganar las elecciones y llegar a la Presidencia, mientras crece la preocupación por la fuerte presión cambiaria y la aceleración inflacionaria tras el salto devaluatorio sobre el tipo de cambio oficial.
Emiliano Anselmi, de PPI, considera que el Gobierno no tiene muchas herramientas para relajar la tensión porque el mercado siempre mira hacia adelante, por lo cual el ancla debería estar en el futuro, pero después de las PASO quedó mucha incertidumbre. Lo que más ayudaría serían señales positivas por parte de Javier Milei, debido a las chances que tiene de ganar las elecciones.
No obstante, Anselmi cree que algunas señales del Gobierno podrían aliviar un poco la situación, como un refuerzo en el ajuste fiscal en el marco del acuerdo con el FMI, aunque podría ser poco creíble porque el mercado prevé que aumentará el gasto público durante el proceso electoral para impulsar al oficialismo.
"También, que llegue el desembolso del FMI y que pasemos de reservas netas negativas en u$s 10.500 millones a negativas en u$s 5000 millones. Esto ya está priceado, pero también podría no llegar. Además, tal vez, que lance otro 'dólar soja' a un tipo de cambio atractivo para los exportadores, para que liquiden y mejoren las reservas", agregó.
El economista Rodrigo Álvarez afirma que el desafío para Sergio Massa será mostrarse más ortodoxo, subiendo más las tasas de interés, frenando el gasto y mostrando cierto apoyo del FMI. No obstante, considera que será difícil que la tensión se despeje en el corto plazo porque una gran parte está asociada al factor político, lo cual se resolverá en la elecciones.
"Es una situación muy compleja. No hay buena oferta de dólares y las PASO, lejos de achicar la incertidumbre, la aumentó. Ninguna de las dos cosas se resuelve fácilmente. El desembolso del FMI ayuda, pero tampoco resuelve mucho. Lamentablemente, seguirá la tensión", advirtió Camilo Tiscornia, director de C&T.
Claudio Caprarulo, director de Analytica, sostiene que el Gobierno está obligado a trabajar sobre las expectativas, dando certezas sobre cómo va a recorrer el camino hasta octubre y qué haría en caso de que Massa sea elegido en un eventual ballotage. Para eso, destaca, necesita mostrar una recomposición sostenida en las reservas, que le dé credibilidad a sus planes.