El exagerado despliegue policial llamó la atención de transeúntes, comerciantes y vecinos. Un helicóptero de la Policía Federal, dos camionetas blindadas, un camión celular, tres motos, decenas de agentes con chalecos antibalas y armas largas, y hasta bicipolicías inundaron ayer por la tarde la cuadra de Florida 259. En el segundo piso de ese edificio, en una de las zonas neurálgicas de la Ciudad, efectivos policiales allanaron oficinas vinculadas con la barrabrava de Boca y detuvieron a cinco personas, acusadas de vender en forma ilegal divisas y entradas para partidos fútbol.

El operativo, del que participaron grupos especiales de la Policía Federal, duró más de cinco horas y se originó en una denuncia penal y judicial que radicaron hace un mes y medio la Comisión Nacional de Valores (CNV) en conjunto con la Secretaría de Comercio por la compraventa ilegal de dólares. En el edificio, sin embargo, solo estuvo el personal policial y el juez de instrucción porteño, Manuel De Campos, quien comandó el operativo. El magistrado es un especialista en La 12: desde hace dos años lleva una quincena de causas que involucran a los barrabravas de Boca.

Aunque la denuncia solo se refería a la moneda estadounidense, el allanamiento terminó con el secuestro no solo de dólares, sino también de reales, pesos, entradas a distintos estadios de fútbol y, particularmente, abonos para la Bombonera; además de teléfonos celulares, computadoras y otros objetos personales de los detenidos. Habíamos detectado operatoria con dólar en esta cueva y, como derivación del allanamiento, surgieron irregularidades vinculadas al fútbol, explicaron a El Cronista fuentes de la CNV que venían siguiendo la investigación desde el momento en que quedó radicada la denuncia.

A fines de agosto, este diario había señalado el accionar de los barrabravas y su vínculo con algunos de los llamados arbolitos que vocean sobre la peatonal porteña. En aquel momento, la Policía allanó el lugar, aunque luego la CNV pudo comprobar que los barrabravas continuaron operando casi en el mismo lugar. De alguna manera, lograron seguir operando más allá de nuestro seguimiento. Se habían mudado dos oficinas dentro del mismo edificio, señalaron las fuentes consultadas. Esta vez, sin embargo, el allanamiento logró resultados que en la CNV consideraron más satisfactorios ya que, por lo pronto, terminó con cinco detenciones. A partir de ese solo dato, en el Gobierno ya se permiten confiar en que la cueva no volverá a operar.

El marco de la causa, de todas formas, es amplio e incluye desde cuestiones económicas hasta temas penales e investigaciones por homicidio. Por un lado, el operativo de ayer se encuadra en las distintas acciones que viene realizando el Gobierno, con la Secretaría de Comercio como punta de lanza, para intentar contener el valor del llamado dólar blue, que desde hace meses se compra y se vende a valores que casi duplican su precio oficial. Pero además, todo el operativo quedó también vinculado con otra investigación que lleva adelante el juez De Campos para esclarecer el asesinato de Ernesto Cirino, un vecino del barrio porteño de Liniers. Esa causa provocó la detención del que era jefe de la barrabrava, Mauro Martín, y de su segundo, Maximiliano Mazzaro.