La fuerte volatilidad en el sector financiero implica un reto para las áreas de finanzas de las empresas, que deben pensar sus estrategias en un contexto muy cambiante y convulsionado. No todas las empresas pueden aplicar las mismas políticas, todo depende de las características del negocio y el manejo de liquidez que tengan. "Ante un escenario de tasas reales positivas, donde el costo del capital supera la inflación esperada, se redefine la lógica de asignación de recursos: penalizando proyectos de baja rentabilidad y premiando la eficiencia financiera, operativa y competitiva", dice a El Cronista Emilio Botto, Jefe de estrategia en Mills Capital Group. Esta dinámica se amplifica por la volatilidad cambiaria y la prima de riesgo soberano en un contexto en el que "el denominado efecto Bessent y la baja de retenciones ofrecieron un alivio temporal, pero no modificaron de fondo la percepción de riesgo". Así, Botto explica que la política económica busca absorber el exceso de liquidez derivado de la menor demanda de pesos y la dolarización de portafolios en un clima de incertidumbre electoral. "Para ello, el Tesoro recurre a una estrategia de licitaciones, ofreciendo instrumentos de cobertura como los bonos dólar linked y pagando tasas altas respecto de la inflación esperada", comenta. Esta suba de tasas de corto plazo se trasladó no solo a la tasa de plazos fijos sino también a las tasas de los descubiertos o créditos. Y, por otra parte, la introducción de encajes remunerados -que permiten a los bancos integrar una parte en títulos públicos a tasa TAMAR- buscó atenuar el efecto sobre la capacidad prestable de las entidades dada la suba de los encajes, aunque el spread entre tasa activa y pasiva se amplió de todos modos. Botto señala que "este contexto impacta de manera diferenciada según el perfil de cada empresa: no enfrenta la misma realidad una compañía con alta liquidez y bajo apalancamiento que una PyME con acceso restringido al crédito, una exportadora o una constructora intensiva en capital". Para empresas con alta liquidez y bajo apalancamiento, Botto señala que la estrategia recomendada según su horizonte de inversión es aprovechar las altas tasas reales para capturar valor en activos subvalorados mediante la colocación del excedente de liquidez en plazo fijos, LECAPs de corto plazo (hasta 60 días a vencimiento) y bonos soberanos ajustados por inflación cortos si el horizonte de inversión llega a diciembre. Para empresas con alto apalancamiento, en tanto, "la estrategia debiera ser minimizar el costo financiero y mejorar los ratios de cobertura, para lo cual debiera reestructurar sus pasivos y/o vender los activos no estratégicos". En el caso de empresas exportadoras, la estrategia sería proteger sus márgenes para lo cual debe ser muy eficiente en el CAPEX para aumentar la productividad. "También podría según su tolerancia al riesgo armar un sintético USD Linked (compra de una LECAP más irse "long" en futuros de USD con el mismo vencimiento que la LECAP)", aclara el estratega. Mientras que, para una PyME con acceso limitado al crédito, lo más recomendable es "evitar sobreendeudarse y buscar apalancamiento no financiero, me refiero a cerrar alianzas estratégicas que le aporten financiamiento o capital". No obstante, Botto aclara que, más allá de esta primera aproximación, no hay que descartar que hay sectores más vulnerables a las tasas reales elevadas. "Por ejemplo, las empresas constructoras que tienen ciclos largos de retorno y el aumento de los costos encarece los proyectos y reduce la demanda de inversión. El sector de Retail (consumo masivo) que tienen márgenes estrechos y muchas veces tienen baja capacidad para trasladar mayores costos a los precios (porque no los vendería) se ven muy resentidas porque la suba de tasas enfría el consumo y penaliza el financiamiento de inventarios", dice Botto. Otro caso podría ser la industria pesada, que son intensivas en capital y de ciclos largos, en este caso muchos proyectos se vuelven inviables con tasas reales tan positivas. Por último, menciona a la agroindustria, con fuerte exposición a los "commodities" y con financiamiento estacional, donde sin cobertura de tasa o tipo de cambio, el costo financiero erosiona fuertemente los márgenes. Así, para Botto, "las tasas reales altas no implican parálisis, sino recalibración" y considera que las empresas que logren alinear su estrategia financiera con su perfil operativo podrán no solo sobrevivir, sino capturar oportunidades en un mercado más selectivo y exigente.