El BCRA canceló ayer la primer cuota por los Bopreal (Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre 2026). Este papel surgió para descativar una de las bombas que dejó la anterior administración dado que canceló la deuda en dólares con importadores a los cuales se les había autorizado las compras al exterior pero luego se les restringió el acceso al mercado oficial de cambios.
Todo valía con tal de frenar la suba del tipo de cambio. Santiago Bausili, titular del BCRA, giró u$s 1012 millones a los tenedores de este papel, pero ello no impacto en las reservas dado que la mayoría de los tenedores son residentes locales por lo que quedaron en cuentas locales. El total emitido por esta serie de Bopreal es de u$s 3.000 millones, siendo el de ayer el primer pago de tres cuotas trimestrales.
El mercado de renta fija se muestra en ebullición con nuevas emisiones. En las próximas horas se aguarda la colocación de Santa Fe por casi u$s 1000 millones a nueve años de plazo, siguiendo los pasos de CABA.
A ello se suma la petrolera Vista con lanzamiento de una Oblogación Negociable por hasta u$s 400 millones al 2033 a una tasa del 8,5% anual bajo legislación Nueva York. Por último la provincia de Neuquén también se está alistando para una colocación en dólares bajo lesgislación extranjera.
“Si bien los mercados globales han experimentado recientemente turbulencias debido al aumento de los rendimientos japoneses a largo plazo y una fuerte corrección en los criptoactivos, los activos de riesgo de Argentina se han mantenido prácticamente estables. Los inversores parecen estar más centrados en los próximos anuncios de política monetaria de la administración Milei que en la volatilidad externa” destacó un informe de Grit Capital ayer.
“Si bien los mercados globales han experimentado recientemente turbulencias debido al aumento de los rendimientos japoneses a largo plazo y una fuerte corrección en los criptoactivos, los activos de riesgo de Argentina se han mantenido prácticamente estables”.
“Al mismo tiempo, la incertidumbre en torno a la financiación a corto plazo se ha convertido en un tema clave. Las expectativas del mercado convergen cada vez más en la idea de que cualquier paquete importante de ingeniería financiera solo se materializará una vez que el Congreso apruebe el presupuesto de 2026, un proceso que podría extenderse hasta mediados de diciembre con la toma de posesión de los nuevos legisladores. Mientras tanto, los inversores sopesan varios escenarios posibles. Uno de ellos incluye una nueva operación REPO con bancos nacionales para gestionar las amortizaciones del 9 de enero si el calendario político retrasa una solución más amplia” agrega.
“Otro es la posible emisión de un nuevo BONTE, que debería tener un precio atractivo —probablemente con rendimientos en el rango del 29% al 30% y un nivel de entrada en dólares más alto— para captar la fuerte demanda de los inversores globales con índices de referencia de mercados emergentes. Este acuerdo replicaría la exitosa estructura del BONTE de 2025, que ofreció una fuerte convexidad y permitió a los inversores beneficiarse del ciclo desinflacionario previsto. El reto ahora es si el gobierno puede ejecutar esta estrategia en un plazo ajustado y con reservas ajustadas” concluye.
Las miradas de los inversores se centrarán en los próximos movimientos del Ministerio de Economía. También del Congreso a partir del miércoles 10 cuando asuman los nuevos legisladores y ambas cámaras cuenten con mayor presencia de LLA. La principal meta es la aprobación del Presupuesto 2026 que dará luz verde a la emisión de nuevos títulos de deuda en dólares y bajo legislación extranjera para el Palacio de Hacienda.
Con ese aval, la Argentina estará en condiciones de volver a los mercados de crédito internacionales después de ocho años. En ese período, el país viivió una pesadilla financiera que incluyó controles de capitales, cepos de todo tipo y una fallida restructuración de deuda.
Todo pasa.