Al igual que los edificios de categoría, las guarderías náuticas ahora vienen con amenities y calidad de las instalaciones: seguridad 24 horas y circuito cerrado de televisión, control de acceso magnético, grupo electrógeno, centro comercial náutico, confitería, gimnasio, vestuarios de categoría, drugstore, SUM, lockers guardaskies, wakeboard y la coordinación de una gran variable de actividades náuticas, para que la experiencia de salir a navegar sea completamente placentera.
"Estos diferenciales incluyen la posibilidad de contar con la guardería abierta las 24 horas todos los días del año, poder llegar y que esté la lancha donde tiene que estar gracias a un sistema parecido al web checkin de las aerolíneas, un supermercado exprés dentro de complejo, restaurant, tarjeta de membresía y auxilio mecánico, entre otros", resalta Sergio Rotondo, CEO de Tifón Water Planet.
La mayoría de los emprendimientos nuevos se comercializan a través de fideicomisos financieros. Al igual que un edificio que se vende en pozo, se puede invertir con la misma modalidad en cocheras náuticas para
capitalizarse a través de la reventa o, por medio de un alquiler, obtener una renta."La venta de lanchas viene creciendo en forma sostenida todos los años por encima de la capacidad de espacio disponible", advierte Mariano Otálora, director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales.
A raíz de la creciente demanda insatisfecha por falta de lugar, y al ser considerado un negocio de nicho, la rentabilidad del alquiler que se puede proyectar es superior a la de los departamentos. "Hoy es fundamental invertir en proyectos de corto plazo, divisibles para poder maniobrar en tiempos de crisis. Las camas náuticas han dado en menos de 24 meses una capitalización superior al 500% en pesos, cifras que no logró ningún otro proyecto inmobiliario", asegura Martín Dapelo, de Puerto Delta.
El monto de la inversión de una cama náutica de 21 pies en un proyecto ya terminado es de $ 220.000. La renta oscila entre el 10 y 14%, dependiendo el precio que la pagó cada uno, la eslora del que alquile en el caso individual, o en base a la tasa de ocupación del pool de rentas.
"En un año puede valorizarse más de un 50%", pronostica Dapelo, y aconseja que "lo importante al momento de realizar una inversión al pozo es conocer bien los antecedentes del grupo desarrollador, su seriedad y compromiso con los proyectos".
A su criterio, la ventaja de este negocio es que la inversión es mucho más baja en comparación a otros productos inmobiliarios (una cochera en Barrio Norte no baja de los u$s 30.000), son más baratas y tienen mayor rentabilidad que una cochera, ya que no necesitan mantenimiento, además de tener bajas expensas e impuestos. La renta proyectada por alquilar cocheras náuticas es superior incluso a las tradicionales para guardar vehículos en Capital, en torno al 6% anual.
Otro de los puntos favorables es que, por el crecimiento que tuvo el parque náutico en los últimos años, existe una gran demanda en la zona. En rigor, hace varios años que se viene combinando el deporte náutico con el sistema de propiedad horizontal y la herramienta del fideicomiso para que inversores puedan ser dueños de un espacio para guardar lanchas. La otra opción de invertir en los emprendimientos de cocheras náuticas es durante la etapa inicial del proyecto, apostando a la apreciación del bien una vez terminadas. "La rentabilidad esperada es superior al promedio del mercado inmobiliario, existe la posibilidad de comprar en pesos a tipo de cambio oficial y en cuotas, y se trata de un producto con demanda insatisfecha", señala Otálora.
Sin embargo, destaca que, en gran parte de los proyectos, el alquiler no podrá hacerse en forma directa individual, sino que se debe ingresar a un pool de renta, donde hay una administración central y la distribución del alquiler es proporcional a la ocupación: "Esto puedo ser una ventaja en caso de que no se ocupen las cunas del propietario, pero también es una desventaja, ya que para obtener el total del alquiler debe tener 100% de ocupación".
La cama náutica le da la posibilidad al inversor minorista de entrar a un activo real con un ticket bajo. "Pero la renta es muy difícil de controlar y mañana, cuando el inversor quiera salir, como no hay un mercado secundario de este tipo de activos, puede llegar a ser difícil encontrar un interesado en adquirirla", indica Damián Tabakman, presidente de la Asociación Argentina de Profesores y Consultores de Real Estate.
A su entender, "las cocheras no generan rentas mucho mayores, pero al menos son activos más líquidos, ya que se venden más fácil bajo los sistemas inmobiliarios tradicionales: aviso en el diario o mandato a una inmobiliaria. Además, es difícil de controlar la renta de la cama náutica, porque el dueño delega la administración en un tercero".
Alberto Súcari, de Ecocheras, defiende su quinta: "A diferencia de las camas náuticas, nuestro mercado está consolidado y una cochera no tarda ni 60 días en venderse. La demanda de cocheras seguirá creciendo tanto como siguen fabricándose y patentándose coches. Además de los que dejarán de estacionar en las calles por la llegada de parquímetros y grúas, que levantarán los mal estacionados. Los garages necesitan terrenos de doble frente, "que son muy escasos y no hay manera de generarlos, lo que hará cada vez más escasas las cocheras en proporción a los autos".