
George Papandreou, el primer ministro griego, abandonó su plan de someter a un referéndum el último plan de rescate para su país. Sin embargo, la idea de que Grecia abandone el euro que, por primera vez, Francia y Alemania mencionaron en público será más difícil de ignorar. Se trata de una amenaza que gravita sobre Atenas, ¿pero es una verdadera amenaza? ¿Cómo haría Grecia para salir legalmente de la eurozona? Sin duda, podría necesitar un buen equipo de abogados.
Extensos como son, los tratados de la Unión Europea no mencionan la posibilidad de que un país salga de la eurozona. Hasta ahora, se daba por sentado que el movimiento de países sería en la otra dirección.
Los tratados sí incluyen un tipo de cláusula de emergencia que permite a la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, abordar acontecimientos extraordinarios que pongan en peligro la moneda única.
Por lo tanto, podría probablemente usar esa cláusula como base para preparar una salida de Grecia, si fuera necesario. Como sucede con todos los temas de la Unión Europea, el proceso no sería inmediato. Los otros 26 estados miembro tendrían que aprobarlo en forma unánime, al igual que el parlamento europeo.
Gracias a una cláusula incluida en el tratado de Lisboa, que entró en vigencia en 2009, Grecia podría aplicar un enfoque más radical y optar por dejar totalmente la Unión Europea. El apartado fue agregado a instancias del Reino Unido, para demostrar a sus votantes que se oponían al euro de que el bloque no era una camisa de fuerza. En este caso, Grecia necesitaría solamente la aprobación de la mayoría de los otros estados miembro.
Pero su partida provocaría tirantes negociaciones sobre los pagos que recibe de la Unión Europea. Grecia, por ejemplo, embolsa decenas de miles de millones de euros en fondos para el desarrollo, mientras que sus productores agrícolas se benefician con gigantes subsidios. Podría llevar algún tiempo poner en orden el destino de esos y otros desembolsos, que están programados con varios años de anticipación.Bancos en peligroUno de los mayores desafíos que originaría la introducción de un nuevo dracma sería evitar una corrida en los bancos griegos. En cuanto los consumidores se enteren que se prepara una medida de ese tipo, sin duda intentarán vaciar sus cuentas en euros y trasladar el dinero a lugares más seguros, como Alemania. Los bancos griegos ya están experimentando una fuga de depósitos a medida que empeora la crisis.
Cambiar la moneda casi seguramente obligaría al gobierno a imponer controles de capital de emergencia para evitar una corrida bancaria total.











