El primer día como presidente de Estados Unidos en 2009, Barack Obama firmó la orden de cerrar la prisión de la Bahía de Guantánamo "tan pronto como sea posible".
Casi siete años después, se está acercando el momento decisivo para esa promesa de clausurar el centro de detención en Cuba, ahora que el mandatario cree que es una mancha a la reputación de Norteamérica.
El Senado aprobó cómodamente el martes una ley de financiamiento del Pentágono por 91 votos contra 3 que impide el cierre de la prisión después de que la semana pasada la Cámara de Representantes promulgó una legislación similar.
El Pentágono está en las primeras etapas de la elaboración de un plan detallado para desactivar el centro de detención y trasladar a los prisioneros restantes a Estados Unidos. El mismo podría darse a conocer en estos días.
Sin embargo, dada la solidez de la oposición en el Congreso, es cada vez más probable que Obama se vea forzado a usar otro polémico decreto si es que quiere cumplir con su compromiso de cerrar Guantánamo justo cuando los tribunales federales bloquearon su decreto igualmente polémico sobre la inmigración.
Para Obama, la continua existencia de la prisión representa el incumplimiento de una de sus promesas centrales de política exterior cuando se vio obligado a volver a enviar tropas norteamericanas a Irak.
Pero la Casa Blanca también es reacia a entrar en una pelea potencialmente perjudicial con los legisladores republicanos ahora que empieza el año electoral. Mitch McConnell, líder de la mayoría del Senado, dijo el martes que cualquier intento por trasladar a EE.UU. a los detenidos en Guantánamo "evidentemente sería eludir la ley".
El gobierno de Obama fue gradualmente reduciendo la cantidad de prisioneros en Guantánamo a través de traslados a diferentes países de los 242 reclusos cuando asumió en 2009, quedan 112. Desde que Ashton Carter fue nombrado secretario de Defensa en febrero, el ritmo se aceleró y hay 10 nuevos traslados en su agenda.
Sin embargo, los funcionarios sostienen que algunos de los prisioneros que quedan tendrán que seguir detrás de rejas. Por ejemplo, hay 10, incluyendo al supuesto cerebro de los atentados del 9/11 Khaled Sheikh Mohammed, que enfrenta cargos penales bajo el sistema de justicia militar.
Por sexto año consecutivo, el Congreso aprobó una ley de presupuesto del Pentágono que prohibe usar fondos para trasladar detenidos de Guantánamo a EE.UU. ya sea para ser procesados o encarcelados. Obama vetó una versión anterior de la ley pero se espera que firme una nueva después de que se recortaron u$s 5.000 millones del presupuesto. Quienes critican el plan de clausurar la prisión sostienen que existe el riesgo de que el personal militar norteamericano sea atacado por detenidos que son liberados.
