Los hedge funds perdieron más en la venta masiva que desencadenó el coronavirus que durante el peor momento de la crisis financiera de 2008. Pero esta vez es poco probable que la industria de casi u$s 3 billones sufra tanto.

A raíz de la agitación de los mercados, los hedge funds bajaron más de 7% en promedio en marzo, según el grupo de datos HFR. Esa fue su segunda mayor caída mensual registrada, superando cualquier otra sufrida en 2008 o en la crisis de deuda en la eurozona unos años después.

Los inversores, nerviosos, retiraron u$s 33.000 millones en el primer trimestre de 2020, o cerca del 1% del capital total. Fue la mayor salida trimestral desde 2009. Pero después de semanas de rumores sobre fuertes derrumbes de hedge funds, el daño hasta ahora ha sido relativamente leve.

"Cuando hay 8000 fondos siempre habrá una o dos estallidos", dijo un importante gestor de activos que invierte en varios hedge funds. "Pero no ha habido sorpresas, mientras que sí las hubo en todas las demás clases de activos".

En parte se debe a que algunos de los mayores fondos registraron pérdidas chicas o incluso ganaron dinero. Millennium Management, una firma multi-estrategia de Israel Englander conocida por su duro enfoque al momento de recortar posiciones dudosas, se recuperó tras sufrir pequeñas pérdidas en marzo y terminó el primer trimestre en terreno positivo.

Elliott Management de Paul Singer subió cerca de 2%, según una carta a inversores, lo que se convierte en uno de sus mejores trimestres de los últimos años. El inversor contaba con coberturas en áreas como acciones y bonos, algunas de las cuales vendió obteniendo una ganancia.

Y los fondos macro como Brevan Howard y Caxton Associates registraron ganancias de dos dígitos, ayudados por el repunte de los bonos del gobierno cuando los inversores huyeron a los paraísos.

Ha habido algunos perdedores como Directional Opportunities de CQS, que perdió cerca de 35% en el primer trimestre. Quantedge, que tiene su sede en Singapur y fue uno de los hedge funds que mejor desempeño tuvieron en el mundo el año pasado, cayó 29% el mes pasado.

Pero, aunque todavía es pronto, la lista de bajas es mucho menor que en 2008, cuando se retiraron casi 1500 fondos, entre ellos grandes nombres como Peloton Partners y el fondo Crusader de Highland Capital.

Gran parte de esto se debe a que ahora hay un tipo diferente de cliente que invierte en hedge funds. En la última crisis financiera, muchos fondos se vieron obligados a vender activos porque los individuos ricos y los fondos de los fondos que tenían posiciones se apuraron en salir, lo que en muchos casos precipitó el derrumbe de los fondos. Ahora los principales inversores son institucionales, que tienden a tardar mucho más en moverse. Los fondos de pensiones, los fondos de riqueza soberana y las fundaciones representan casi el 70% de la base de inversores, según la Asociación de Gestión de Inversiones Alternativas.

Esa lentitud puede estar apareciendo en los rescates. La salida de u$s 33.000 millones que se produjo en marzo fue grande, pero mucho menos que los u$s 150.000 millones que se retiraron en el cuarto trimestre de 2008.

Y, como señala Ken Heinz de HFR, tres de las cuatro principales estrategias de los hedge funds tuvieron mejores resultados este año que en octubre de 2008. Sufrieron más sólo los fondos event-driven (que tratan de beneficiarse de acontecimientos extraordinarios que ocurren en el mercado) que apostaron a las fusiones y restructuraciones y que se vieron perjudicadas por el temor a que esos deals no se cerraran.

Además, es probable que uno de los mayores atractivos de los hedge funds sea la falta de oportunidades atractivas en otros lugares. Los rendimientos de los bonos a diez años son ínfimos o negativos; las acciones parecen arriesgadas, dada la amenaza que pesa sobre los resultados de las empresas; y con el petróleo volviéndose negativo, lo que sacude los mercados, los fondos pasivos parecen menos atractivos.

Traducción: Mariana Oriolo