Una de las mayores tensiones en la política española es el llamado a la independencia por parte de numerosos catalanes. Este domingo, esa campaña llega a una etapa decisiva cuando Cataluña celebre elecciones regionales. Por primera vez, los principales partidos pro independentistas se están postulando en una lista unificada y prometieron establecer un estado independiente en 18 meses si ganan una mayoría de escaños en el parlamento.

Las encuestas sugieren que es probable que suceda. Pero el gobierno de centro-derecha español ha adoptado una línea dura contra los catalanes, insistiendo en que las regiones del país no tienen derecho a determinar su futuro político. Sin embargo, los secesionistas dicen que si triunfan, establecerán sus propios servicios diplomáticos, banco central, entidades fiscales y posiblemente fuerzas armadas.

Cataluña tiene derecho a probar si su gente tiene deseos de una separación de España. No se pueden ignorar los factores que promueven una identidad nacional catalana más fuerte.

Pero los partidos secesionistas pusieron demasiado bajo el umbral de la victoria al declarar que con sólo el 50% los votos ya pueden enviar una señal tanto a Madrid como a la Unión Europea de que no se puede seguir ignorando el problema nacionalista en Cataluña.

En segundo lugar, los independentistas le deben al pueblo de Cataluña ser más honestos acerca de los costos de una separación. Aseveran que cuando Cataluña deje de transferir los ingresos tributarios a las regiones más pobres de España, habrá más para gastar a nivel local. Esto ignora que una Cataluña independiente necesitaría volver a solicitar una membresía en la Unión Europea y el euro y que dicha membresía no estaría garantizada.

Creemos que la secesión no es del interés de Cataluña, España o la Unión Europea. Para evitarla, se debe encontrar una "tercera vía" entre la independencia y el status quo. Madrid necesita darle a Cataluña más autonomía bajo una nueva constitución nacional.