Nada capta el provincialismo estadounidense tan marcadamente como la portada del New Yorker de Saul Steinberg de 1976, "La Vista del Mundo desde la Novena Avenida".

Dominando el primer plano está Manhattan, luego la imagen se inclina hacia la Décima Avenida y al oeste atraviesa el río Hudson. Hay tiras finas que representan el resto de Estados Unidos y el Océano Pacífico, y finalmente apenas discernibles, las tierras lejanas de China, Rusia y Japón.

EE.UU. ha dejado de ser parroquial. Lo que pasa en China importa profundamente, como quedó claro la semana pasada, cuando la Reserva Federal decidió no aumentar las tasas.

El comercio directo entre EE.UU. y China no es significativo. Pero el comercio sí es significativo entre EE.UU. y sus vecinos Canadá y México.

La titular la la Fed, Janet Yellen, lo dijo claro: si la desaceleración económica de China perjudica a los vecinos de EE.UU., perjudica a EE.UU.

Canadá, dijo, es "un importante socio comercial nuestro, que se ha visto afectado negativamente por la disminución de los precios de las materias primas, y la disminución de precios de la energía".

El Banco de Canadá ha recortado las tasas dos veces este año, con la esperanza de que un "loonie" más débil y la fortaleza de la economía de EE.UU. ayudarían a los exportadores del país.

Pero el comercio entre EE.UU. y Canadá es de doble vía. Los exportadores de EE.UU., a su vez necesitan consumidores canadienses, sin embargo la fortaleza del dólar y la recesión son grandes obstáculos, y la economía estadounidense lo está empezando a notar.

Canadá representa el 18% de las exportaciones estadounidenses. México el 14%. "La fortaleza de la demanda de productos estadounidenses en estos países importa", dice Charles St-Arnaud, estratega cambiario sénior de Nomura.

Afectan a EE.UU. que el dólar ha sido fuerte durante todo el año; que las políticas monetarias más restrictivas de la Fed podrían continuar esa tendencia; que el capital está fluyendo fuera de México; y que la caída en los precios de la energía ha golpeado la demanda en estos dos vecinos.

Stephen Gallo, jefe europeo de estrategia cambiaria del Banco de Montreal, dice que todos estos factores tienen un efecto en cadena sobre el comercio y el crecimiento en la Asociación de Libre Comercio de América del Norte, conformada por Canadá, Estados Unidos y México.

Tampoco ayuda a los exportadores ver que el "loonie" y el peso mexicano se deprecien de manera tan significativa. Ambas monedas han caído 14% frente al dólar durante el año. Eso hace que los productos de exportación estadounidenses sean más caros en estos mercados clave. Autos, máquinas y equipamiento enfrentarán dificultades.

Que la Fed no haya subido las tasas anuncia un período de una cooperación más estrecha entre EE.UU.y sus vecinos, sobre todo en los tipos de cambio.