
Los más pesimistas sostienen que los primeros pronósticos tienden a subestimar la cuenta final, tal como fue en el caso de los huracanes Katrina e Irene. La consultora PwC señaló que los costos totales para la economía podrían alcanzar los u$s 45.000 millones.
Aún así, los inversores de las grandes aseguradoras de Estados Unidos en su primera oportunidad de reaccionar ante el desastre, no se mostraron nerviosos cuando reabrieron ayer los mercados.
Las acciones de las compañías aseguradoras de daños patrimoniales y de responsabilidad civil recibieron cierta presión vendedora pero pocas retrocedieron mucho más que 1%.
La fría reacción del mercado a la generalizada devastación en parte demuestra que los inversores confían en que esta industria bien capitalizada debería resistir los desembolsos multimillonarios que se vienen. También refleja la probabilidad de que el gobierno federal se haga cargo de una gran parte de la cuenta.
Las aseguradoras del sector privado en Estados Unidos generalmente no cubren daños por inundación en hogares. Muchas familias carecen de cobertura o están protegidas por el Programa Nacional de Seguro contra Inundaciones, que es respaldado por los contribuyentes.
Las autoridades del sector privado también se harán cargo de gran parte de los costos relacionados con la reparación de los daños que sufrió la infraestructura, como túneles y subtes.
Sin embargo, AIR Worlwide, el grupo de simulación de catástrofes, estima que las aseguradoras del sector privado enfrentan una cuenta de entre u$s 7.000 y u$s 15.000 millones.
Los datos ajustados por inflación del Instituto de Información de Seguros muestran que Sandy se convertiría en la tercera tormenta más cara de la historia de Estados Unidos, superando las pérdidas provocadas por Wilma en 2005. Las aseguradoras enfrentan pagos por daños causados tanto a estructura como contenido de propiedades (residenciales, comerciales e industriales, y autos) y otros costos.
Dado que Sandy paralizó Nueva York y otras grandes ciudades sobre la costa este de Estados Unidos, los desembolsos a empresas por verse obligadas a interrumpir sus operaciones también formarán parte del costo total que deberán enfrentar las aseguradoras.
Con Katrina, los reclamos por lucro cesante representaron cerca de 20% de los siniestros totales, comentó Mohammad Khan, socio de PwC. Si esto es aplicable a Sandy dependerá de la rapidez con la que se reanuden los servicios de subte y otros transportes.











