Hace trece años, los BRICS eran un ardid de marketing ideado por Jim O'Neill, por entonces economista en jefe de Goldman Sachs. Ahora es un banco. Y cuando uno menos se lo espere, tendrá su propia línea de carteras de diseño.

Este mes en Fortaleza, las cinco naciones que integran el bloque BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- acordaron establecer un banco de desarrollo. También establecieron una línea de swap de u$s 100.000 millones, formalmente conocida como reserva para obligaciones contingentes, un acuerdo que otorga al banco central de cada país acceso a suministros de emergencia de divisas extranjeras. Según Anton Siluanov, el ministro de finanzas de Rusia, los cinco países están tratando de evocar un mini Banco Central y un mini Fondo Monetario Internacional.

El plan de los BRICS es bueno para el mundo, pero, a juzgar por la reacción desdeñosa de Occidente, esto no se nota. Han habido dos posiciones de default. Una es burlarse ante la sola idea de que cinco países tan distintos puedan organizar algo coherente o que pueda mantener el rumbo. La otra es preocuparse de que el orden mundial reflejado en las dos instituciones de Estados Unidos creadas en la conferencia de Bretton Woods de 1944 está a punto de colapsar.

Sin duda, es un pequeño milagro que cinco países cuyas iniciales forman la sigla BRICS (ladrillos) construyan un banco tan rápido. Esto es una reprimenda para las instituciones occidentales que no pudieron adaptarse. Si el orden de posguerra se está poniendo en sentido vertical, la respuesta correcta es 2escuchar, escuchar. El nuevo banco de los BRICS, que financiará proyectos de infraestructura, tendrá un capital inicial de u$s 50.000 millones y un capital máximo permitido de u$s 100.000 millones.

Cada país abonará u$s 10.000 millones, lo cual los dejará en pie de igualdad en términos de toma de decisiones. El banco estará ubicado en Shanghai, una concesión a Beijing, que claramente tiene la intención de ejercer influencia. Pero la presidencia será rotativa, empezando por India. A China recién le tocará en 2021. Por el contrario, los cinco países contribuirán a la línea de swap conforme a su tamaño, por ejemplo, China contribuirá u$s 41.000 millones y Sudáfrica u$s 5000 millones. La reserva para pasivos contingentes es una red segura para tiempos de estrés financiero, por ejemplo, si la moneda de un país es blanco de un ataque especulativo. Se inspiró en la Iniciativa Chiang Mai, un acuerdo de canje de moneda asiático por u$s 240.000 millones celebrado después de la crisis asiática de 1997, cuando la propuesta de la región de crear su propio equivalente del FMI fue aplastada por Washington.

El banco de los BRICS también fue fruto de la frustración. A la mayor parte del mundo en desarrollo le desagrada el FMI en particular. En la década de 1990, su cumplimiento estricto de las reformas de mercado hizo que mucho lo viesen como un instrumento para mantener a los países pobres en tal condición y no sacarlos de la pobreza. En Asia, se lo considera hipócrita. En 1997, insistió en una austeridad ruinosa en países como Indonesia. Luego de la crisis financiera de 2008, aceptó de buen grado una política fiscal y monetaria laxa en Occidente.

El FMI pudo haber perdido el pelo, pero no la estructura. Su régimen de cuotas, que determina lo que paga cada país y cuantos votos se les da, no logra reflejar la realidad de un mundo cambiante. Las naciones que integran el bloque BRICS, que representan más del 20% de la producción mundial, solo tienen una cuota de 10,3%. Los países europeos, por el contrario, tienen asignada una cuota del 27,5% por una producción de solo 18%. Como si esto fuese poco, la presidencia del FMI está reservada para un europeo, mientras que la del Banco Mundial suele ejercerla un estadounidense. En 2010 se acordaron reformas que habrían duplicado el capital del FMI a u$s 720.000 millones y transferido 6 puntos porcentuales de cuota a países más pobres. Que no llegasen a avanzar lo suficiente es discutible. Las reformas nunca fueron ratificadas por el Congreso de Estados Unidos.

Según la perspectiva de los BRICS, el sistema financiero global les es desfavorable. Raghuram Rajan, gobernador del Banco Central de India, acusó a los países ricos de ir en pos de políticas egoístas sin pensar en su impacto en las economías emergentes. El hecho de que la Reserva Federal de Estados Unidos, sin aviso, anunciase planes de "reducir" sus compras de bonos puso de manifiesto que está dispuesta a abrir y cerrar el flujo monetario, incluso a riesgo de agitación en países pobres.

Una razón para darle la bienvenida al banco es que generará competencia. El otorgamiento de préstamos de China en frica motivó críticas válidas de que no va de la mano de normas ambientales o de buena gobernanza. Sin embargo, la presencia de financiación china alternativa en frica ha sido netamente positiva. Cabe decir lo mismo del nuevo banco de los BRICS, dada la gran cantidad de calles, plantas de energía y sistemas de alcantarillado que requieren financiación. "Cualquier institución nueva que se agregue al capital de largo plazo debe ser buena para el mundo", afirma Urjit Patel, vicegobernador del Banco Central de India.

El nuevo banco no es ninguna panacea. Según los críticos, es relativamente pequeño. Ben Steil y Dinah Walker del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos señalan que, entre todos, China, India y Brasil obtuvieron financiación por u$s 66.000 millones del Banco Mundial solamente, más del capital suscripto total del banco de los BRICS. Del mismo modo, si bien la idea de condicionalidad puede exagerarse, no sería bueno que el nuevo banco otorgase financiación a como de lugar a dictadores decididos a saquear los recursos naturales de su país. Ni tampoco el banco de los BRICS es necesariamente tan democrático como parece. Su estatuto garantiza que los derechos de voto de los fundadores nunca serán inferiores al 55%, sin importar los países que se sumen.

No obstante, las instituciones de Bretton Woods reflejan la realidad de una era de retroceso. El mundo ha cambiado, más que nada para mejor, mientras los países pobres cierran la brecha para los ricos. Esto es lo que encierra el concepto del banco de los BRICS. Es un atisbo de lo que vendrá.