Las solicitudes de convocatoria de acreedores presentadas por empresas estadounidenses crecen a su mayor ritmo desde 2013.
Este año un total de 3427 compañías pidieron la aplicación del Chapter 11 de la Ley de Quiebras -que es una herramienta común que tienen las compañías con problemas financieros para reorganizarse-, según datos del grupo de servicios jurídicos Epiq.
Esta cifra corresponde desde principios de este año hasta el 24 de junio y se aproxima a las 3491 solicitudes presentadas durante la primera mitad de 2008, justo antes de que el número de bancarrotas se disparara como consecuencia de la última crisis financiera.
El aumento de las dificultades que atraviesan las empresas, como los concursos de acreedores presentados por compañías como la circense de Canadá Cirque du Soleil, el grupo de alquiler de autos Hertz y la pionera del shale Chesapeake, se produce después de que países de todo el mundo implementaron cuarentenas durante varios meses para contener el avance del coronavirus. Esto ha dejado al descubierto las debilidades de las cadenas de suministro mundiales, obligó a las fábricas a cerrar sus puertas y frenó el consumo. El efecto que genera de todo eso ha sido la abrupta caída de los ingresos de las empresas.
"Esta no es una situación como cualquier otra que haya experimentado la economía", dijo Larry Young, director general de la consultora AlixPartners.
En primer lugar, el Covid-19 afectó a las empresas que ya estaban en problemas, señaló agregando que la actual ola de quiebras es probable que sea sólo la primera de muchas. Durante la última crisis financiera hubo 8614 quiebras en 2008 y que se elevaron a 12.644 en 2009, según los datos de Epiq.
"La segunda ola creo que va a incluir aerolíneas, grupos hoteleros, líneas de cruceros, compañías inmobiliarias," señaló Young.
