La tensión comercial entre Estados Unidos y China creció a gran velocidad. Apenas once horas después de que Washington enumerara los 1333 productores chinos que se verían afectados por aranceles punitivos, Beijing informó que impondría penalidades de 25% sobre 106 artículos provenientes de Norteamérica.

Este último frente en la creciente batalla comercial proviene de las acusaciones estadounidenses de que China habitualmente obliga a las compañías norteamericanas a compartir propiedad intelectual con sus socios chinos a cambio del acceso a los mercados del gigante asiático o simplemente les roba tecnología.

Estados Unidos está apuntando a productos de los sectores de alta tecnología y manufactura donde China quiere ser líder mundial en 2025. Ha excluido productos donde las sanciones podrían provocar trastornos a su economía o aquellos que podrían perjudicar en gran medida a los consumidores.

En total, esas mercaderías representan importaciones anuales por u$s 50.000 millones. No es una gran suma si se la compara con los u$s 2,4 billones que importó en total Estados Unidos en 2017 o a los u$s 506.000 millones que compró a China.

Según cálculos de Oxford Economics, si se aplican los aranceles anunciados, "el impacto en la economía norteamericana sería marginal".

Ninguno de los cinco principales productos importados desde China se ve afectado por los aranceles y sólo los aparatos de recepción de televisión a color se encuentran entre los diez artículos que más entran desde el extranjero.

Sin embargo, algunos de ellos representan una porción significativa de las importaciones norteamericanas. En términos de valor, por ejemplo, cerca de un tercio de los televisores a color o impresoras que ingresaron el año pasado en Estados Unidos había sido fabricado en China. La proporción sube a casi 40% en el caso de aleación y placas de aluminio.

En respuesta, el Ministerio de Comercio de China informó que aplicará aranceles de 25% a 106 productos estadounidenses entre ellos la soja, otras materias primas agrícolas, químicos y algunas aeronaves.

Esos artículos ingresaron al país oriental por u$s 50.000 millones en 2017, que es estratégicamente el mismo valor de las importaciones chinas afectadas por los aranceles norteamericanos.

Los derechos aduaneros que gravan la soja son una gran preocupación para los productores de Estados Unidos.

China es lejos el mayor mercado exportador para los sojeros norteamericanos, ocho vez más grande que México, su segundo mayor comprador. Del total de las exportaciones de soja estadounidense por un valor de u$s 22.000 millones el año pasado, cerca del 56% fueron hacia China.

Las ventas de soja que hizo Norteamérica al país asiático fueron por un valor equivalente a la suma de los siguientes 10 productos incluidos en la lista de aranceles.

En 2017, Norteamérica tenía un déficit comercial de mercaderías superior a u$s 811.000 millones, u$s 59.000 más que 2016. China representa u$s 376.000 millones de eso.

Sin embargo, es muy poco probable que el "déficit de cuenta corriente de Estados Unidos se reduzca" como resultado de las medidas tomadas en Washington, dijo Paul Donovan, economista jefe de UBS Wealth Management.

China informó que aplicará los aranceles anunciados sólo cuando Estados Unidos haga lo mismo, una estrategia diseñada para ganar tiempo y seguir negociando.

Estados Unidos representa cerca del 20% de todas las exportaciones de mercaderías chinas, mientras que China sólo compra cerca del 10% de los productos que vende Estados Unidos al extranjero. Sin embargo, la porción norteamericana de exportaciones hacia el gigante asiático se mantiene más constante desde 2000, mientras que China hoy depende menos de Estados Unidos que a principios de 2000.