Bruselas enfrentará esta semana a Berlín con un plan de vía rápida para crear un poderoso supervisor bancario para la zona euro. Se trata de la primera salva de una batalla que podría dictar cuándo la eurozona comenzará a compartir el riesgo de rescates bancarios.

Pese a las fuertes dudas que dejó en claro Alemania, José Manuel Barroso, el presidente de la Comisión Europea, revelará hoy un dinámico cronograma para entregar al Banco Central Europeo la responsabilidad de supervisar todos los seis mil bancos de la zona euro para 2014.

Las reformas marcarían una de las mayores entregas de poder nacional desde la creación del euro y son un primer paso esencial hacia una unión bancaria plena, con respaldos comunes y herramientas para manejar a los bancos con problemas. Pese a que los líderes de la zona euro han aprobado en principio la creación de un ente supervisor único, la batalla por sus atribuciones está subiendo de tono, con implicancias en los esfuerzos europeos más amplios para solucionar la crisis, incluyendo si los fondos de rescate de la eurozona pueden recapitalizar directamente a los bancos débiles.

Los 27 Estados miembro tienen poder de veto sobre la reforma de supervisión, que las autoridades quieren aprobar de forma unánime en la cumbre de diciembre. En este punto, las mayores preocupaciones son las expresadas por Alemania.

Pese a que respalda a un supervisor único, Berlín tiene preocupaciones fundamentales sobre la propuesta de la comisión: el alcance de bancos cubiertos, el alto nivel de centralización y el rápido ritmo y secuencia de implementación. Wolfgang Schäuble, el ministro de Finanzas alemán, advirtió a la comisión que no genere expectativas que no pueda cumplir.

El resultado del debate puede determinar si y cuándo el Mecanismo de Estabilidad Europea, el fondo de rescate por 500 mil millones de euros, puede inyectar capital a los bancos directamente.