En el lado oeste de Manhattan, dos showrooms muestran el desafío que enfrentan las marcas de autos de alta gama en Estados Unidos. La principal concesionaria de Lincoln, una de las dos marcas de lujo norteamericanas, está muy iluminada, pero no atraen demasiado. Vende costosos vehículos de lujo en el mismo espacio donde comercializa autos más austeros de Ford Motor, su controlante.
A dos cuadras de allí, se encuentra la concesionaria de Lexus y quienes la visitan estarán perdonados si piensan que por error entraron a un exclusivo hotel o restaurante de categoría. Detrás de la recepción se pueden ver tenues luces, una mullida alfombra y personal muy elegante.
Quienes observan el mercado automotriz creen que este contraste en la experiencia del consumidor ayuda a explicar porqué las marcas extranjeras como Lexus (que forma parte de la japonesa Toyota) se están alejando de Lincoln y Cadillac, que pertenece a General Motors, en términos de participación en el mercado de autos de alta gama. Si bien Lexus vendió 231.555 unidades en Estados Unidos en los once meses de 2012 hasta noviembre, según el sitio de información del sector Edmunds. com, Cadillac encontró 131.534 compradores y Lincoln sólo 74.766.
Sin embargo, a principios de diciembre y en el Lincoln Center, ubicado a unas 15 cuadras de esas concesionarias, el CEO de Ford Alan Mulally anunció con confianza que está “relanzando” la marca Lincoln. Prometió mejorar el servicio al cliente y presentó su nuevo sedán de lujo MKZ.
Cadillac también anunció esfuerzos para mejorar su posición en el mercado, hizo cambios a sus modelos para enfrentarse de lleno a Lexus, Mercedes-Benz y BMW, las tres principales marcas del mercado automotriz de alta gama en Estados Unidos.
Pero para esas automotrices norteamericanas, la pregunta es si sus esfuerzos llegarán a tiempo para detener su continua y lento descenso.
En el evento del Lincoln Center, Mulally comparó el actual mal momento de Lincoln con el que sufrió la marca Ford hace cinco años. En aquel entonces, muchos aseguraban que Ford no tenía posibilidades de recuperarse, pero logró revivir y con gran éxito. Robert Ferguson, que cuando fue designado director global de la marca Cadillac en octubre, se mostró igual de optimista. Si bien admitió el dominio de los fabricantes alemanes y japoneses, afirmó: “Vamos a ser muy competitivos y tendremos productos realmente buenos, campañas publicitarias creativas y una experiencia de venta de calidad mundial”.
Sin embargo, está por verse si eso puede cambiar las percepciones de los compradores, aseguró John Iacono, copresidente del grupo Bram Auto que es dueño del showroom de Lexus en Manhattan.
