

En la presentación del nuevo auto de carrera de McLaren seis semanas atrás, el equipo exhibió un video conmovedor en memoria de Bruce McLaren, su fundador, para conmemorar su 50 aniversario en el automovilismo deportivo.
El tono reflexivo del homenaje se impuso en lo que debió haber sido una ocasión festiva, un momento para mirar al futuro más que al pasado.
McLaren se encuentra en transición, con lo cual, quizás, la atmósfera era adecuada. Lewis Hamilton, su conductor ganador mundial de 2008, había hecho un traspaso de alto perfil a Mercedes, y Paddy Lowe, el director técnico del grupo con base en Woking, siguió el mismo camino luego de una temporada de licencia paga.
Esta temporada marca el último año de los actuales motores V8 de 2,4 litros, y los equipos ya están preparándose de lleno para la presentación del motor V6 turbo de 1,6 litros en 2014.
Un nuevo Acuerdo Concorde, el pacto que divide los ingresos comerciales de F1, también está a punto de completarse, aunque luego de un camino tortuosamente extenso, mientras que CVC Capital Partners, la propietaria de los derechos comerciales de F1, está reanudando las charlas sobre una flotación que puede marcar su salida del deporte.
Mientras tanto, la Fédération Internationale de l'Automobile, el organismo regulador de la disciplina, aceleró su campaña para persuadir a la F1 para que piense radicalmente en la tecnología verde con su nueva serie eléctrica Fórmula E. Este es un campeonato de carreras por el centro de 10 ciudades mundiales, incluyendo Londres.
El cambio no es precisamente un fenómeno Nuevo en la F1. La búsqueda incansable de nuevos públicos y fronteras liderada por Bernie Ecclestone siempre mantuvo al deporte, quienes lo practican y seguidores en alerta constante.
No había muchos que siguieran el ritmo de las maniobras empresariales de la F1 a lo largo del tiempo, pero Frank Williams, fundador del equipo de Williams, quien estuvo en la F1 por más de 40 temporadas lo intentó.
"Una restructuración siempre ayuda a mantener a una compañía de pie", dice Williams en relación con los cambios de personal en McLaren y Mercedes. Pero, según su punto de vista, la atmósfera que prevalece en la F1 es de negocios, como siempre. Según Williams, la mejor respuesta al cambio en el automovilismo deportivo es tomarlo con calma.
La búsqueda constante de los equipos de pequeñas mejoras en el desempeño de sus automóviles casi no deja tiempo para atender asuntos más generales, tales como Acuerdos Concorde y flotaciones, mucho menos para atender asuntos legales que siguen persiguiendo a Ecclestone. Incluso la incertidumbre acerca del calendario de carreras de este año, que una Grand Prix redujo a 19, apenas preocupó a los equipos.
No hace mucho tiempo que cada semana se veía un nuevo drama en la F1, ya sea por la retirada de patrocinadores, equipos en crisis financiera, charlas sobre amotinamiento o el destino de Ecclestone. Así es que ¿qué oculta esta atmósfera de tranquilidad en los carriles de acceso a las pistas de competición?
La razón principal es que el problema del dinero, que en el pasado fue lo suficientemente grave como para que los equipos formaran alianzas y amenazaran con separarse, parece ser una preocupación menor en estos días para los equipos grandes.
Comparadas con anteriores conversaciones turbulentas sobre la distribución de ingresos, las discusiones del Concorde fueron "sumamente pacíficas", afirma Williams.
Los grandes equipos -Red Bull Racing, Ferrari, Mercedes, McLaren y Williams- esperan ser bien recompensados cuando el Acuerdo Concorde se firme. Se dice que la participación de los equipos en los ingresos de la F1 pasará de menos del 50 por ciento a más del 60 por ciento durante los próximos siete años.
Los ingresos de F1 en 2011, según el prospecto del año pasado, fueron de u$s 1.500 millones y las ganancias operativas fueron de u$s 451 millones. Los analistas estiman que los ingresos crecerán un 9 por ciento anual hasta 2016.
En los últimos meses hubo pruebas que sustentan esta hipótesis. Se anunció una serie de acuerdos de patrocinio llamativos. También hay algunas empresas mexicanas a la espera de apoyar a Sergio Pérez, el reemplazo de Hamilton en McLaren.
"El deporte va viento en popa", afirma Zak Brown, director ejecutivo de JMI, una agencia de patrocinio del automovilismo deportivo. "La calidad y envergadura de los anuncios de los últimos meses son increíbles".
Los patrocinadores se sienten atraídos por el alcance mundial y la frecuencia anual de la F1, restando importancia a la caída de audiencia televisiva.
Para los inversores que piensan en una posible flotación a futuro, también hay altas probabilidades de que Ecclestone aumente los ingresos mediante una mejor explotación del mercado de la televisión paga.
Sin embargo, se oyen algunas opiniones cautas. Martin Whitmarsh, director del equipo McLaren, advirtió el mes pasado sobre los actuales problemas financieros de los equipos de la parte posterior de la grilla.
Nick Fry, director ejecutivo de la escudería Mercedes, adhiere a esa opinión. "La Fórmula 1 dedicó demasiado tiempo a pelear por dividir la olla actual de ingresos en lugar de trabajar en conjunto para maximizar los ingresos disponibles para el deporte, que todavía tiene un enorme potencial de crecimiento", dice.
El Acuerdo Concorde beneficiará a los equipos más fuertes, entre ellos Mercedes. "Eso es muy bueno para nosotros, pero mi preocupación sigue siendo lograr un deporte saludable en general", afirma Fry.
El control de gastos es otro punto débil. El Acuerdo de Restricción de Recursos de la F1, que controla el gasto en investigación y desarrollo, es una solución imperfecta: los equipos desconfían mutuamente de la voluntad de cumplir con este acuerdo. "Uno va lo más cerca posible del límite", dice Fry.
Williams opina similar: "El control de gastos es complicado. Hay algunos equipos muy ricos. No me quejo: así son las cosas...".
Así lo fue para Bruce McLaren, el neozelandés que fundó una escudería en 1963 y que en 2011 obtuvo ingresos de £ 239 millones.
"La vida no se mide en años solamente, sino en logros", declaró McLaren una vez. Murió a los 32 años, en 1970, cuando su auto de carreras prototipo se estrelló en Goodwood.
La F1 ahora disfruta de una riqueza impensable hace una década, ni hablar en los tiempos del fundador de McLaren. Puede que no siempre siga un camino tranquilo y sin problemas, pero ningún seguidor de la F1 está en ella porque busca vivir una vida fácil y tranquila.
"El drama funciona bien en la F1", dice Brown de JMI. "Yo no creo que queramos volver a ver la F1 aburrida y sin drama."
Traducción : Viviana L. Fernández










