Aunque en Brasil el mercado está en alza para los ingenieros, hay profesionales que optan por salir del país y hacer carrera en Alemania. Datos levantados por la Asociación de Ingenieros Brasil-Alemania muestran que actualmente faltan 77.000 ingenieros en el país europeo.

Según Edgar Horny, presidente de la entidad, la mayor escasez se observa en la industria mecánica y en las automotrices (32.000). El déficit es visible también en el sector eléctrico (18.000) y en la construcción civil (9.000).

Ir a Alemania en este momento puede ser positivo para el desarrollo de la carrera de un ingeniero, aunque sin la perspectiva de altas ganancias financieras. Sönke Böge, director de la consultora de reclutamiento ejecutivo Boyden, afirmó que la gran ventaja de trabajar en el país es perfeccionarse y aprender técnicas avanzadas. La ingeniería alemana está salvando al país de la crisis. La tecnología desarrollada allá en ese segmento es innovadora, dijo.

Según el consultor, los salarios de los ingenieros en los primeros cinco años tras su egreso de la universidad son equivalente en Brasil y Alemania. Pero, para los que tienen más experiencia, con más de un quinquenio en el mercado, la remuneración aquí es entre 20% y 40% superior. Vale la pena ir allá en el inicio de la carrera para aprender y ganar experiencia. Pero después de algún tiempo es más ventajoso financieramente trabajar en Brasil, señaló.

Formado en ingeniería de control y automatización industrial en la Universidad Federal de Santa Catarina, Rodrigo Isleb decidió comenzar su carrera en el país germano. En 2007, cuando estaba por graduarse, fue a Alemania a desarrollar su proyecto para terminar el curso. Después, recibió algunas ofertas de trabajo para permanecer en el país.

Aceptó la propuesta de Nestlé, donde permaneció hasta abril de 2011, trabajando en la construcción de una nueva fábrica para la producción de leche en polvo.

Como tenía propuestas de trabajo en Europa, Isleb ni pensó en comenzar su carrera en Brasil. "Quería tener una experiencia profesional internacional fuerte y creí que conseguiría un buen aprendizaje trabajando en Alemania", afirmó. Cuando concluyó la implementación de la fábrica de Nestlé, Isleb recibió una nueva propuesta de trabajo y, desde marzo de este año, actúa como consultor en Altran.

Afincado en Ingolstadt, en el sur de Alemania, el ejecutivo trabaja actualmente en la planificación de una nueva fábrica de Audi en Hungría. Con 33 años y después de alcanzar una amplia experiencia en el exterior, Isleb no desestima regresar a Brasil. Todavía no inicié un movimiento de retorno, pero estoy atento a las inversiones que recibe el país para la construcción de nuevas fábricas. Esa es mi área de actuación, destacó.

Böge, de Boyden, afirmó que los brasileños son bien recibidos para trabajar en Alemania, pero destacó que es importante saber al menos un poco del idioma local para candidatearse a una vacante. "Encontrar un trabajo allá sin hablar su lengua es muy difícil", dijo. Isleb coincide.

El ejecutivo, que conocía un poco el idioma cuando decidió mudarse, contó que utiliza el alemán en la empresa desde el primer día de trabajo. "No es necesario ser fluente, pero es fundamental saber comunicarse en la lengua de ellos", afirmó Isleb, a quién le llevó dos años dominar el idioma.

La falta de ingenieros en Alemania hizo que Robinson Silva, de 32 años, dejase Campinas rumbo a Europa. Cerca de un año atrás, Bosch precisaba a alguien para ocupar el cargo de gerente de productos de la división de reposición automotriz en la sede de la compañía, en Alemania.

El puesto se anunció para todos los empleados de la empresa a nivel mundial y él resultó el más preparado para ocuparlo. "os profesionales brasileños se destacan en el área de gerencia de productos. Mientras en Alemania los ingenieros trabajan enfocados en el desarrollo de nuevas tecnologías, los brasileños tienen una visión más sistémica de los productos y del mercado, afirmó Fabio Amaral, gerente de recursos humanos de Bosch.