En el marco de la estrategia del gobierno de Brasil de aumentar la oferta de etanol en el país, Petrobras Biocombustíveis (PBio) anunció ayer con el grupo São Martinho (socio en proyectos de bionergía en la región centro-oeste de Brasil) que invertirá u$s 325,4 millones para construir la mayor fábrica de etanol de caña del mundo.

Más allá de las dimensiones inéditas, el proyecto también tiene como objetivo convertirse en la primera industria de un nuevo ciclo de inversiones en usinas esperado en Brasil con estímulos gubernamentales hasta ahora inciertos, aunque prometidos, con soporte del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).

Parte de Nova Fronteira Bioenergia (una joint venture creada en 2010 por ambas compañías), la planta en cuestión es Boa Vista (Goiania, centro-oeste de Brasil). Se prevé que el proyecto procese 8 millones de toneladas de caña destinadas a la producción de etanol ya en la cosecha 2014/15. La capacidad industrial actual es de de 3 millones de toneladas y el molido efectivo de caña llega a 2,35 millones de toneladas.

La piedra fundamental será colocada en septiembre y se espera que sea la primera industria de etanol que recibirá del BNDES financiaciones hasta ahora inéditas en ese segmento. Iniciaremos una agenda específica con el banco de fomento para definir recursos y el modelo de la financiación, dijo Fábio Venturelli, director presidente de Nova Fronteira, quien reiteró que aún no fue definida ninguna condición con el BNDES.

Por su parte, el presidente de PBio, Miguel Rossetto, evitó entrar en cuestiones políticas al ser consultado sobre cuáles son los estímulos oficiales que se esperan, aunque dijo que el anuncio de Boa Vista evidencia que el etanol está en la agenda definitiva del gobierno. Nuestra expectativa es que la futura política pública traerá estímulo para que la oferta del biocombustible crezca sustancialmente, declaró. La planta Boa Vista tiene un incentivo fiscal del gobierno de Goiás (estado donde se encuentra) por un valor total de u$s 1,8 mil millones.

De la inversión industrial (fábrica y mecanización), el 76,9% (u$s 250,2 millones) de la inversión serán mediante deuda contraída con el BNDES y el resto (u$s 75,2 millones) vendrá de capital propio de Nova Fronteira, detalló Fábio Venturelli, también CEO del grupo São Martinho.

La empresa estatal dio a conocer la semana pasada su plan de inversión de u$s 1,9 mil millones entre 2011 y 2015 para crecer en la producción de biocombustible. El 70% de esa presupuesto será para nuevas plantas. Rossetto aclaró que la mayor parte de la expansión esperada por la compañía -que quiere pasar de la producción actual de 1,5 mil millones de litros de etanol a 5,6 mil millones en cuatro años- vendrá de la región centro-oeste, a través de Nova Fronteira Bioenergia.

Además de Boa Vista, que ya está en operación, el joint venture proyecta otro establecimiento de etanol en la ciudad de Bom Jesus de Goiás, vecina a Boa Vista. Tal proyecto también puede entrar en el cronograma de inversiones 2011-2015 de la estatal, según Rossetto.

Hasta ahora la totalidad de los 2,350 millones de toneladas de la materia prima procesadas en la unidad de Quirinópolis son plantadas y cosechadas por Nova Fronteira. Nuestro plan ahora es llegar a 8 millones de toneladas con una ecuación final de 30% a 40% de la caña aportada por productores asociados, afirma Venturelli.

La producción de etanol de Boa Vista pasará de los actuales 210 millones de litros a 700 millones, distribuidos igualmente entre anhidro e hidratado. La generación conjunta de energía, que actualmente es de 220 mil MegaWatt/hora (MW/h), casi se triplicará al pasar a 600 mil MW/h.

Nueva Boa Vista generará 3 mil empleos directos adicionales.