

El hecho de poseer más de una vivienda en España ya no se traduce únicamente en ventajas dentro del mercado inmobiliario. Las personas que cuentan con una segunda residencia enfrentan una nueva etapa bajo el foco del fisco, en la que la Agencia Tributaria (AEAT) incrementa la vigilancia.
Aunque tener una segunda vivienda sin uso habitual no implica automáticamente sanción, la clave radica en declararla correctamente y tributar por ella conforme a la normativa vigente y a las advertencias del organismo.

Los casos en que Hacienda puede imponer sanciones por una segunda vivienda
La AEAT considera que cualquier inmueble que no sea la “vivienda habitual” del contribuyente puede generar una renta imputada y debe reflejarse en la declaración del IRPF.
Cuando esa vivienda está vacía o no alquilada, la normativa establece que la imputación será del 2 % sobre el valor catastral (o del 1,1 % si ese valor ha sido revisado en los últimos diez años).
Por otro lado, si el propietario omite declarar la vivienda o lo hace incorrectamente, la AEAT puede considerarlo una infracción tributaria que conlleva multas, recargos e intereses de demora.
Qué diferencia hay entre declarar una segunda vivienda y tenerla desocupada
La Agencia Tributaria distingue entre poseer una segunda vivienda y cumplir con la obligación de declararla en el Impuesto sobre la Renta (IRPF). No se penaliza la propiedad en sí, sino el incumplimiento de la obligación fiscal.
Tener una vivienda vacía o sin alquilar implica declarar una renta imputada, es decir, un beneficio teórico que Hacienda considera que el inmueble genera, aunque no produzca ingresos reales. La cuantía de esa renta se calcula aplicando un 1,1 % o un 2 % sobre el valor catastral, según el año de revisión del mismo.
Omitir esta información en la declaración de la renta puede derivar en sanciones económicas y recargos, ya que se interpreta como ocultación de patrimonio o infracción tributaria. Por tanto, lo esencial no es si la vivienda está vacía o no, sino que esté correctamente reflejada en la declaración fiscal del propietario.
Cómo se puede evitar problemas con Hacienda
Las personas que poseen más de una vivienda deben revisar cuidadosamente su declaración del IRPF. En primer lugar, deben incluir todos los inmuebles en el apartado de “Bienes inmuebles no afectos a actividades económicas” o el correspondiente según su uso.
Si la segunda vivienda está alquilada, se deben indicar los rendimientos obtenidos como capital inmobiliario. Si está vacía, debe declararse como tal y aplicar la imputación correspondiente del valor catastral.

Además, conservar facturas, contratos y la documentación relativa al valor catastral actualizado puede marcar la diferencia en una posible inspección. Estar informado evita que una segunda vivienda se convierta en un problema fiscal inesperado.
Los propietarios de viviendas deben entender que lo que está en juego no es únicamente la vivienda en sí, sino el cumplimiento tributario que regula su existencia y uso.














