La Comunidad Valenciana es hoy escenario de una disputa sin precedentes entre dos colosos internacionales. Un terreno de 1,5 millones dem² en Cheste, dentro del polígono LaCeja-Cañada Arena, se ha convertido en objeto de deseo de dos figuras clave: Elon Musk, el magnate de la energía y tecnología, y Amancio Ortega, el gigante de la moda española. La pugna no solo enfrenta visiones distintas de negocio, sino que pone en juego una inversión de hasta 5000 millones de euros.
Este terreno tiene atributos excepcionales: conexión a la autovía A-3, enlace ferroviario Valencia-Madrid, y proximidad al Puerto de Valencia. Su situación geográfica lo convierte en un activo codiciado tanto para proyectos industriales como logísticos. Ahora bien, ¿qué quiere cada uno de estos titanes y cuál es el motor de esta competencia? Eso lo desvelamos a continuación.
¿Qué hay detrás del terreno que se disputan Elon Musk y Amancio Ortega?
La respuesta es clara: se trata de dos propuestas que transforman completamente el uso del suelo. Musk planea instalar una gigafactoría de baterías eléctricas de Tesla, con una inversión estimada en 5000 millones y la creación de cerca de 6000 empleos directos, buscando reforzar la cadena de suministro y reducir dependencia de Asia, de acuerdo a Idealista.
Por su parte, Ortega apuesta por ampliar la red logística de Inditex, con dos centros -uno para Bershka y otro para Tempe- que generarán aproximadamente 1500 puestos de trabajo y acortarán plazos de entrega en Europa.
Ambas propuestas han sido presentadas ante la Generalitat Valenciana, que estudia los proyectos con cautela, evaluando impacto industrial, social y medioambiental. Además, el proceso administrativo está en un punto de "bloqueo técnico" debido al estado aún sin urbanizar del polígono y a los trámites de adjudicación.
Un pulso de gigantes: innovación verde frente a logística moderna
La llegada de Tesla supondría un salto cualitativo en la apuesta por la industria sostenible en España. La gigafactoría podría emular la de Berlín e impulsar la movilidad eléctrica en Europa, reforzando la posición de Valencia como hub industrial. También supondría un respaldo a la autonomía tecnológica frente a tensiones comerciales globales.
En contraste, el proyecto de Ortega representa una apuesta por la eficiencia logística y la última milla en ecommerce. Los centros de Bershka y Tempe optimizarían la distribución en el sur de Europa, reforzando la competitividad de una de las compañías más influyentes del mundo del retail. Es una modernización silenciosa, pero de gran alcance.
¿La Generalitat jugará a favor de uno... o permitirá que ambos brillen?
La respuesta podría llegar en forma de solución compartida: repartir el terreno o habilitar parcelas diferenciadas para ambas iniciativas. Esta estrategia permitiría capitalizar las inversiones y evitar un bloqueo prolongado. Además, la urgencia en urbanizar el polígono ha llevado a la Generalitat a activar mecanismos para agilizar expropiaciones y simplificar trámites.
Un acuerdo mixto no solo maximizaría la creación de empleo -entre 7500 y 8000 puestos directos e indirectos- sino que combinaría la innovación industrial y la logística avanzada en un mismo enclave estratégico.