El regalo de la Seguridad Social en 2025: les pagaran 7000 euros a todos estos trabajadores
Las ayudas de la Seguridad Social se renuevan en el 2025 para muchos colectivos vulnerables.
Las ayudas de la Seguridad Social se renuevan en el 2025 para muchos colectivos vulnerables. Uno de los más beneficiados son las personas con discapacidad, quienes pueden acceder a diversos ayudas fiscales que buscan mejorar su bienestar y facilitar su integración.
Estos beneficios incluyen reducciones en la base imponible, así como ventajas adicionales para la adaptación de viviendas y vehículos.
En 2025, aquellas que cuenten con un grado de discapacidad igual o superior al 33% podrán beneficiarse de una serie de reducciones y deducciones fiscales, especialmente relacionadas con el IRPF y la Declaración de la Renta.
¿Cuáles son los beneficios fiscales para personas con discapacidad?
En cuanto a las reducciones fiscales, las personas con discapacidad igual o superior al 33% tienen derecho a una reducción de hasta 3000 euros en la base imponible.
Sin embargo, si la persona requiere ayuda de terceras personas, tiene movilidad reducida o cuenta con un grado de discapacidad igual o superior al 65%, esta reducción se incrementa hasta 7750 euros.
Además, existen deducciones adicionales para adaptar viviendas y vehículos, como la posibilidad de desgravar hasta 12.080 euros en obras que mejoren la accesibilidad del hogar, y la exención del impuesto de matriculación en la adquisición de vehículos adaptados para uso personal.
Otra deducción importante se refiere a los descendientes, ascendientes o cónyuges con discapacidad. En este caso, los contribuyentes pueden deducir hasta 1200 euros anuales por cada persona con discapacidad a su cargo. Esta deducción se distribuye de manera equitativa si más de un miembro de la familia tiene derecho a ella, a menos que se ceda el derecho a uno de los beneficiarios, quien percibirá el importe completo.
¿Cómo se acredita el grado de discapacidad ante la Agencia Tributaria?
Para acceder a estos beneficios fiscales, es necesario acreditar el grado de discapacidad. Esto se puede hacer mediante un certificado emitido por el IMSERSO o por el órgano competente de la Comunidad Autónoma.
En algunos casos, la acreditación se puede obtener si la persona percibe una pensión por incapacidad permanente total, absoluta o gran invalidez, o si ha sido declarada judicialmente incapaz.
Estos beneficios fiscales suponen un alivio económico para las personas con discapacidad y sus familias, mejorando su calidad de vida y facilitando su participación plena en la sociedad.