La Agencia Tributaria ha decidido reforzar los mecanismos de control sobre el dinero que circula fuera del sistema financiero español. En el punto de mira se encuentra especialmente la tenencia de divisas extranjeras, como el dólar, que no hayan sido declaradas conforme a la normativa vigente.
El Gobierno argumenta que estas medidas buscan reducir el fraude fiscal y el blanqueo de capitales, además de asegurar que la riqueza privada esté debidamente registrada y supervisada.
Este endurecimiento de las sanciones plantea un escenario de mayor presión para los contribuyentes que conserven dólares sin declarar en sus domicilios.
Qué sanciones se aplican por no declarar divisas en efectivo
La normativa establece que quienes posean más de 10.000 euros (o su equivalente en dólares u otra divisa) en efectivo, tanto dentro como fuera de España, deben presentar el formulario S1. En caso de incumplimiento, la multa mínima es de 10.000 euros.
Si la presentación se realiza fuera de plazo o tras un requerimiento formal de Hacienda, la sanción puede alcanzar los 20.000 euros.
Cuándo pueden aumentar las multas y alcanzar cifras más altas
En los supuestos en que se superen cantidades muy elevadas, como guardar dólares equivalentes a 100.000 euros sin declaración, Hacienda puede imponer sanciones que ascienden hasta 150.000 euros.
Estas sanciones más severas suelen aplicarse en contextos en los que el origen del dinero no queda suficientemente justificado o se detecta una omisión considerada grave.
Qué otros castigos contempla Hacienda para los contribuyentes
Además de las multas fijas, Hacienda contempla sanciones calculadas como porcentaje del importe no declarado:
En casos de infracción leve o grave, se pueden imponer multas de entre un 25 % y un 50 % sobre el valor no declarado.
En las infracciones calificadas como muy graves, la sanción puede ascender hasta el 150 % del valor no declarado.
La intensificación de las sanciones refleja también la creciente preocupación de las autoridades por la circulación de efectivo en un contexto donde los pagos electrónicos ganan terreno.
El foco puesto en los dólares guardados en casa abre el debate sobre la convivencia entre el ahorro tradicional en metálico y la presión regulatoria de un sistema financiero que exige mayor trazabilidad en cada movimiento de dinero.