La Agencia Tributaria de España ha reiterado una normativa fundamental que impacta a aquellos que aún prefieren el uso de dinero en efectivo. A partir de un determinado umbral económico, todos los ciudadanos tienen la obligación de declarar el origen de los fondos y de seguir los procedimientos establecidos antes de realizar cualquier traslado.
En un entorno donde se intensifican las medidas contra el fraude fiscal y el blanqueo de capitales, el organismo advierte que transportar grandes cantidades de efectivo sin la debida justificación puede resultar en sanciones económicas, confiscaciones e incluso en la apertura de investigaciones judiciales.
¿Cuál es el límite sin declarar en el país?
Según la normativa vigente, una persona puede portar hasta 99.999 euros en efectivo dentro del territorio nacional sin necesidad de notificar a las autoridades fiscales.
A partir de los 100.000 euros, es obligatorio presentar el Modelo S1, un formulario que debe ser completado antes de realizar el movimiento, ya sea de manera presencial o a través de la sede electrónica de la Agencia Tributaria.
Este límite tiene como objetivo controlar la circulación de grandes sumas de dinero no bancarizado. Además, la regulación se aplica tanto a quienes transportan el dinero físicamente como a aquellos que lo envían mediante medios logísticos o lo transfieren a través de cuentas financieras.
¿Qué sanciones se pueden enfrentar por no cumplir con esta obligación?
El incumplimiento de la obligación de declarar puede acarrear sanciones que oscilan entre los 600 euros y hasta el 150% del dinero no declarado, dependiendo de la gravedad de la infracción.
Además, las autoridades pueden proceder a retener o incautar la totalidad del monto hasta que se acredite su origen.
En los casos más graves, cuando no se justifica de manera adecuada la procedencia del efectivo, se abre la posibilidad de que se inicien investigaciones por presuntos delitos económicos. Hacienda insiste en que la transparencia y la trazabilidad del dinero son pilares fundamentales del sistema fiscal actual, lo que refuerza la importancia de cumplir con las obligaciones tributarias.