Durante décadas, la figura del Rey Juan Carlos I ha estado rodeada de poder, privilegios y polémicas. Sus vínculos con el mundo empresarial y sus finanzas privadas han sido motivo de debate público y de investigaciones periodísticas y judiciales.
Hoy, un nuevo capítulo se suma a esta historia: la devolución íntegra de más de cuatro millones de euros que, en su día, le prestaron empresarios de confianza para saldar deudas con Hacienda.
Según un informe de El Mundo, el monarca emérito ya ha reintegrado el importe total gracias a ingresos obtenidos durante los últimos años como residente en Emiratos Árabes Unidos.
Parte de estos fondos provino de la venta de derechos para documentales sobre su vida y de su intermediación en operaciones comerciales, movimientos que la Agencia Tributaria no puede rastrear al no ser ya residente fiscal en España.
Deudas millonarias y préstamos estratégicos
En febrero de 2021, el rey emérito Juan Carlos I afrontó una regularización voluntaria con Hacienda de 4.395.901,96 euros, que incluía intereses de demora y recargos.
Esta cantidad se vinculó a viajes privados valorados en 8 millones de euros, financiados a través de la Fundación Zagatka, una estructura offshore en Liechtenstein administrada por su primo Álvaro de Orleans.
Según la investigación, esta fundación ocultó durante años gastos a la Hacienda española, tanto cuando el rey vivía en Zarzuela como tras la proclamación de Felipe VI.
Meses antes, en otra regularización, abonó 680.000 euros por los regalos recibidos del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause, considerados por el Fisco como incremento patrimonial no justificado.
Ante la falta de asignación oficial, sus asesores jurídicos le aconsejaron financiar estos pagos mediante préstamos con empresarios de confianza, evitando la fórmula de donación -gravada con un 40%- que podría implicar nuevos problemas fiscales.
Un riesgo legal que quedaba pendiente
En su momento, la gran preocupación era que Hacienda pudiera considerar ficticios esos préstamos, lo que abriría la puerta a nuevas sanciones o delitos fiscales. Con la devolución íntegra de lo recibido, este riesgo desaparece.
Entre los prestamistas figuraban una decena de empresarios y aristócratas, cuyos nombres no han trascendido.
Este episodio recuerda a otro controvertido movimiento financiero del monarca: el regalo de 1,2 millones de euros a la Infanta Cristina para la compra de un palacete en Pedralbes, después de que La Caixa le denegara el crédito.
Cómo se espera que sea el futuro fiscal del emérito
Amparándose en el artículo 305.4 del Código Penal, que considera regularizada una deuda tributaria una vez reconocida y pagada íntegramente, Juan Carlos I cerró así sus compromisos con Hacienda.
No obstante, esta regularización generó controversia, ya que la ley exige que debe realizarse antes de que el deudor pueda conocer que se está siendo investigado.
En este caso, la Fiscalía ya había iniciado diligencias que sus asesores rechazaron recepcionar formalmente, evitando que fuera notificado oficialmente.
En junio de 2022, un nuevo frente fiscal apareció: Hacienda lo investigó por regalos de cacerías y otros obsequios recibidos entre 2014 y 2018, después de su abdicación. Lo resolvió con una sanción administrativa inferior a 500.000 euros y la decisión de trasladar su residencia fiscal fuera de España.