

En la localidad de Cadarache, al sur de Francia, países de todo el mundo se encuentran trabajando en conjunto en el proyecto ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor). El objetivo es generar un reactor nuclear capaz de replicar el proceso de fusión nuclear que ocurre en el sol y poder controlarlo para producir energía.
Se trata de un consorcio internacional liderado por la Unión Europea, que fue concebido en 2006 y se puso en marcha en 2007. Sin embargo, el embalaje de la máquina inició a fines de 2020, según lo establecido por EUROfusion, la institución responsabilizada por fomentar y respaldar la investigación científica para el proyecto nuclear.
Según lo esperando en el itinerario oficial, en 2026 finalizaría el ensamblaje de esta máquina. A su vez, ese mismo año llegaría otro hito crucial: arrancarían las primeras pruebas con plasma.
Dos años más tarde, en 2028, los ingenieros de ITER comenzarían las pruebas de baja potencia con hidrógeno y helio, y en 2032 llegarían los primeros experimentos de alta potencia con estos dos gases. Por último, en 2035 ITER estaría en disposición de acometer pruebas de alta potencia nuclear.

¿Cómo funciona el nuevo proyecto nuclear que replicará la energía del sol?
El diseño impulsado por el proyecto ITER se basa en la tecnología Tokamak, una cámara toroidal en forma de anillo que utiliza potentes campos magnéticos pulsados para contener plasma a temperaturas extraordinarias.
Según la información compartida por el medio especializado Popular Science, el funcionamiento del reactor nuclear comienza con la ionización de una mínima cantidad de gas compuesto por deuterio y tritio, dos isótopos del hidrógeno. El gas, convertido en plasma, es confinado por un campo magnético invisible y sometido a un proceso de calentamiento extremo que eleva su temperatura a más de 150 millones de grados Celsius, es decir, un nivel térmico superior al del núcleo solar.
A partir de ahí, los núcleos atómicos de los isótopos comienzan a fusionarse y liberan una cantidad considerable de energía. Si esta fuente de energía se logra estabilizar y controlar, podría representar una solución de gran escala al ser limpia, segura y posiblemente inagotable.
El reto en ese punto no es solo alcanzar ese calor, sino confinarlo sin tocarlo porque ningún material conocido puede resistir tal temperatura. En ese punto es donde el Tokamak, un anillo metálico en forma de donut resulta fundamental para que el plasma flote suspendido en el vacío gracias a campos magnéticos que necesitan enfriarse a −269 °C.

Los principales desafíos de intentar controlar la energía nuclear
El ITER no pertenece a un país, sino a una parte de la humanidad. Treinta y cinco naciones, entre ellas los miembros de la Unión Europea, China, Japón, India, Rusia y los Estados Unidos se encuentran trabajando en conjunto en lo que podría ser considerado como una de las colaboraciones científicas más ambiciosas de la historia.
La Unión Europea encabeza el proyecto, aportando más del 45 % del financiamiento total, mientras que los demás países contribuyen con materiales, tecnología y personal especializado. España ha sido una pieza clave, no solo por su inversión, cercana a los 60.000 millones de euros, sino también por sus empresas de ingeniería involucradas.
Personajes importantes a nivel mundial han recibido con satisfacción los avances del proyecto. Un ejemplo de esto es el jefe de Estado surcoreano Moon Jae-In, quien ha dicho en un mensaje de vídeo que se trata de “el mayor proyecto científico de la historia de la humanidad” y este “sueño compartido de crear energía limpia y segura para 2050”
A pesar de los progresos técnicos que se han realizado durante todo este tiempo y la finalización del imán central en los últimos meses, todavía resta un largo camino hasta que el reactor se ponga en funcionamiento. Las proyecciones afirman que la fase de encendido no ocurrirá antes de 2033.
Popular Science confirma que el cronograma extendido no desanima a los responsables del proyecto, quienes consideran que el ITER es un símbolo de cooperación científica internacional con el potencial de transformar la producción y el consumo de energía a nivel mundial.














