Los especialistas han advertido de las consecuencias de manipular los alimentos sin los debidos cuidados de higiene y cocción. En particular, han resaltado que consumir un producto en específico sin respetar estos cuidados, puede derivar en graves riesgos para la salud.
Se trata de los huevos: un alimento rico en proteínas y que posee un elevado valor nutritivo, según ha señalado la Fundación Española de la Nutrición.
Además, es muy frecuente en la dieta diaria de las personas, ya que están disponibles en el mercado durante todo el año. Sin embargo, muchas personas ignoran el riesgo que puede traer no cocinarlos correctamente.
Por ese motivo, los expertos han destacado la importancia de evitar errores que puedan comprometer la seguridad alimentaria y la calidad de los platos.
Cocción de los huevos: cuáles son los riesgos de una mala preparación
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos ha explicado que los huevos frescos, aun los que tienen cáscaras limpias sin rajaduras, contienen bacterias llamadas Salmonella, que pueden causar enfermedades transmitidas por alimentos, a menudo llamadas "intoxicación alimentaria".
En ese sentido, han asegurado que la mayoría de las personas infectadas con Salmonella desarrollan diarrea, fiebre, calambres abdominales y vómitos. Los síntomas pueden aparecer 12 a 72 horas luego de la infección, y generalmente duran entre 4 y 7 días; aunque la mayoría de las personas mejoran sin tratamiento.
A su vez, han detallado que hay ciertas personas que tienen un mayor riesgo de tener una enfermedad grave, entre ellos los niños, los adultos mayores, las mujeres embarazadas y las personas con sistemas inmunes debilitados (como los pacientes trasplantados y las personas con VIH/SIDA, cáncer y diabetes).
Cocción de los huevos: cómo minimizar el riesgo de Salmonella
Según ha indicado el portal web de salud Healthline, existen varias formas de reducir el riesgo de contraer una infección por Salmonella. Entre las opciones se encuentran las siguientes:
- Comprar huevos y productos de huevo pasteurizados, que están disponibles en algunos supermercados.
- Mantener los huevos refrigerados en casa. Guardarlos a temperatura ambiente puede favorecer el rápido crecimiento de bacterias dañinas.
- No comprar ni consumir huevos vencidos.
- Desechar huevos agrietados o sucios.
- Lavarse las manos y limpiar cualquier superficie u objeto que haya estado en contacto con huevos crudos.
Aunque todos estos pasos ayudan, una de las mejores formas de eliminar el riesgo de contraer Salmonella es cocinar los huevos completamente.