En España, el emprendimiento se ha convertido en una opción cada vez más apreciada entre las salidas profesionales posibles. Son los jóvenes sobre todo quienes impulsan esta idea que prioriza la independencia laboral y la administración de proyectos propios.
Sin embargo, son muchos los autónomos que argumentan que el camino del emprendimiento se encuentra plagado de riesgos, sacrificios y desafíos. A su vez, todos los emprendedores que cuentan sus experiencias comparten algo en común: las ganas y el esfuerzo por sacar adelante un proyecto.
Este es el caso de Mario Pérez, un joven de 22 años de Valdemoro-Sierra, en la provincia de Cuenca, un pequeño municipio de 99 habitantes. El joven se ha convertido en un ejemplo de la lucha contra la despoblación por mudarse al pueblo en 2023 y abrir el bar Haro, un pequeño local en su municipio. Para Pérez, el éxito es quedarse a vivir en el pueblo.
La realidad oculta detrás de emprender en un pueblo
En un vídeo compartido por la Diputación de Cuenca en sus redes sociales, Pérez contó su historia y explicó que luego de trabajar como camarero durante dos años en la capital levantina, decidió emprender por su cuenta para abrir un pequeño local hostelero llamado Bar Haro en esta localidad ubicada en plena Serranía de Cuenca.
Para el joven, construir una vida y un futuro en Valencia “era muy inviable”, por lo que decidió emprender. “Ahora tengo mi propio local, algo impensable en la ciudad porque es un gasto tan elevado que supone tener pérdidas desde el primer minuto”, señala. Tras comprobar de primera mano los dos mundos, Mario tiene claro que en la conocida como España vaciada “la vida es más barata y te da un margen de mejora a largo plazo mucho mayor”.
“El alquiler de este bar en Valencia costaría diez veces más y la casa en la que estoy viviendo aquí en Valdemoro serían cinco veces más. Eso sin tener en cuenta la elevada competencia”, añade.
Para Pérez, “en la ciudad puede haber de todo, pero siempre con el billete por delante”. En cambio, en un municipio pequeño como el suyo, el apoyo comunitario cumple un rol fundamental, por lo que “el día que me falte algo tengo a seis vecinos dispuestos a ayudarme y al revés”.
La recomendación del joven emprendedor para mantener vivos los pueblos
El joven ha querido agradecer a todo Valdemoro-Sierra por volcarse plenamente con su proyecto emprendedor. Pérez afirma que, a diferencia de la vida en la ciudad donde conseguir un empleo no siempre es una tarea fácil, en su localidad la situación es muy distinta: “desde que yo he pisado el pueblo me han ofrecido trabajo”.
“Faltan chicos de mi edad que quieran venir a ganarse la vida aquí. La mayoría de habitantes están por encima de los 50 años y necesitan alguien que les supla”, lamenta.
Más allá de su visión empresarial, este valenciano manifestó que su objetivo es ganarse la vida de una forma tranquila y humilde. “Siempre diré que para mí el éxito es que no me tenga que ir del pueblo”, sentencia.