En esta noticia
El verano es sinónimo de más tiempo al aire libre, y muchas personas se lanzan a la carretera para disfrutar de la playa y el buen clima. Sin embargo, la Guardia Civil ha alertado sobre un peligro frecuente durante estos meses: el uso de calzado inadecuado para conducir.
Aunque no está prohibido por la legislación española, las chanclas y ciertos tipos de sandalias pueden poner en riesgo nuestra seguridad vial.
Advertencia de la Guardia Civil: el riesgo del calzado inadecuado en la conducción
Cuando pensamos en verano, rápidamente nos vienen a la mente las chanclas, las sandalias y los zapatos abiertos. Estos son los calzados más comunes durante los meses cálidos, pero también son los más peligrosos al volante.
Aunque algunos modelos de sandalias ofrecen un buen soporte, como aquellas con correas ajustables que sujetan tanto el talón como el empeine, muchas otras carecen de estabilidad y pueden resultar peligrosas.
Las chanclas, en particular, tienen el potencial de soltarse fácilmente y quedar atrapadas bajo los pedales, lo que podría bloquear el freno o el acelerador en momentos críticos. Además, si nuestros pies están mojados, ya sea por el agua de la piscina o por el sudor, existe el riesgo de que resbalemos al intentar acelerar o frenar.
¿Qué dice la ley sobre este tema?
La Guardia Civil y la Dirección General de Tráfico (DGT) no prohíben explícitamente el uso de chanclas o sandalias al volante. Sin embargo, advierten de que sí podrían sancionar a los conductores si consideran que el tipo de calzado que llevan interfiere en su capacidad para controlar el vehículo de manera segura.
El artículo 18.1 del Reglamento General de Circulación establece que los conductores deben estar en condiciones de controlar el vehículo en todo momento.
La interpretación de esta normativa es subjetiva. Si un agente de tráfico determina que el calzado utilizado por el conductor reduce su capacidad de control, podría aplicar una multa de hasta 80 euros, aunque no se perderán puntos del carnet.
