Jessie Inchauspé, bioquímica: "Tomar vinagre antes de comer, ayudará a reducir los picos de glucosa en sangre"
La bioquímica francesa respalda con estudios científicos el uso del vinagre como aliado para estabilizar los niveles de azúcar en sangre y mejorar el bienestar diario.
El vinagre está despertando el interés de la comunidad científica por su potencial para mejorar la salud metabólica. Según la bioquímica Jessie Inchauspé, conocida popularmente como la "reina de la glucosa", tomar una cucharada de vinagre diluida en agua antes de comer puede ayudar a reducir los picos de glucosa en sangre tras las comidas.
Lejos de tratarse de una moda pasajera, esta práctica se basa en estudios recientes que avalan el efecto del ácido acético, presente en la mayoría de vinagres, sobre la digestión de los carbohidratos.
El vinagre y el control de la glucosa: ¿qué dice la ciencia?
Lo que en un principio le pareció una moda sin fundamento, terminó por convertirse en una herramienta respaldada por la ciencia. Jessie Inchauspé, bioquímica de formación, admite que al descubrir los efectos del vinagre sobre la glucosa pensó que se trataba de otra tendencia de redes sociales.
Sin embargo, tras analizar múltiples estudios y ensayos clínicos, llegó a la conclusión de que el ácido acético tiene un impacto real y medible en la forma en que el cuerpo procesa los azúcares.
Según explica, este compuesto actúa sobre la enzima alfa amilasa, ralentizando la conversión de carbohidratos en glucosa durante la digestión. Como resultado, la absorción de azúcar en sangre es más lenta y progresiva, lo que reduce hasta un 30% los picos de glucosa postprandiales y un 20% la liberación de insulina.
El efecto también ha sido observado en mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP), un trastorno hormonal vinculado a la insulina. "Un estudio encontró que solo una cucharada diaria de vinagre ayudaba a revertir el SOP, probablemente por su efecto sobre la insulina", explica Inchauspé.
Vinagre para la baja de glucosa: cuánto consumir y cuál elegir
No todos los vinagres son válidos. La experta recomienda evitar los balsámicos dulces y optar por vinagre de manzana, de vino blanco, tinto o de arroz, siempre que contengan ácido acético.
La dosis adecuada sería una cucharada disuelta en un vaso de agua grande, entre 10 y 20 minutos antes de comer carbohidratos. Para quienes no toleren el sabor, sugiere añadirlo a ensaladas o infusiones. Aun así, recalca que no es una solución mágica, sino una herramienta más dentro de un enfoque más amplio de salud.
Jessie Inchauspé también destaca que evitar picos y bajadas bruscas de glucosa puede traducirse en mayor claridad mental, menos fatiga diaria y una reducción significativa de los antojos.