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En el mundo de la biología y la conservación, el redescubrimiento de una especie que se creía extinta es un acontecimiento de gran relevancia. Estos descubrimientos subrayan la inmensidad y el enigma que aún rodean a la biodiversidad global, así como la crucial necesidad de los esfuerzos de conservación.

“La nutria gigante es el principal depredador acuático de estos humedales y su dieta, casi totalmente compuesta por peces, aporta significativamente a mantener los ecosistemas saludables, en especial los sistemas hídricos que habita”, afirmó Sebastián Di Martino, director de conservación de Rewilding Argentina.

Los últimos avistamientos de esta especie en Argentina se habían dado en 1986 y su situación de preservación a nivel mundial subraya la importancia de esta introducción.

Recientemente, un parque nacional en América Latina, especialmente en Argentina marcó un hito sin precedentes al reintroducir una familia de cuatro nutrias gigantes en el Gran Parque Iberá de Corrientes.

Este hecho es notable, ya que se trata del primer proyecto a nivel mundial en devolver a esta especie a un hábitat del que había desaparecido.

La nutria gigante se considera en peligro de extinción a nivel global y había estado ausente en el país sudamericano durante cuatro décadas. Esta especie mamífera, carismática, es la más grande de su tipo, alcanzando hasta 1,8 metros y pesando más de 30 kilos.

Características y singularidades de este fascinante animal

La nutria gigante de río (Pteronura brasiliensis), conocida también como lobo de río, es un mamífero carnívoro que habita exclusivamente en América del Sur.

Este animal representa el miembro más antiguo de las comadrejas y se destaca como uno de los depredadores más grandes de los bosques amazónicos.

Su pelaje marrón, caracterizado por una distintiva mancha de color blanco amarillento en la garganta y su tendencia a formar grupos de entre 5 y 10 individuos son rasgos que la definen.

Este tipo de nutrias dedica gran parte de su tiempo al entorno acuático, poseyendo adaptaciones que les permiten llevar un estilo de vida predominantemente acuático.

Entre estas adaptaciones se encuentran los largos bigotes, que facilitan la detección de peces y un pelaje denso que impide la penetración del agua. Su hábitat incluye la construcción de nidos en las orillas de ríos y lagos, donde se refugian, dan a luz y cuidan de sus crías.

La nutria gigante está catalogada como una especie en peligro de extinción, dado que durante las décadas de 1950 y 1960 fue objeto de caza intensiva por el valor de su piel, lo que la llevó a estar al borde de la extinción.

En la actualidad, el lobo de río enfrenta diversas amenazas, entre las que se incluyen la pérdida y degradación de su hábitat, la caza furtiva por su piel y una mayor exposición a enfermedades como el moquillo canino.

El regreso de la nutria gigante al Gran Parque Iberá

El Gran Parque Iberá, ubicado en la provincia de Corrientes, Argentina, presenta condiciones idóneas para las nutrias de esta especie, abarcando más de 756.000 hectáreas de humedal, una extensa área protegida, abundancia de presas y ausencia de amenazas significativas.

Esta familia de cuatro mamíferos liberados está compuesta por Nima, una hembra procedente del Zoológico de Madrid; su pareja Coco, del Zoológico de Givskud; y sus dos crías, nacidas en Iberá en noviembre de 2024.

Gustavo Valdés, gobernador de Corrientes, subrayó la importancia de esta recuperación: “La nutria gigante no solo ocupará su lugar correspondiente en el ecosistema acuático, sino que atraerá a más turistas interesados en observarla, lo que generará más empleo y desarrollo para los correntinos.

Iberá se establece como un modelo en la recuperación de especies, el turismo de naturaleza y el desarrollo local auténtico.”La liberación de esta familia de nutrias podría representar el primer paso hacia futuros avances.

Según informó Rewilding Argentina, el plan consiste en llevar a cabo liberaciones adicionales en los Esteros del Iberá y Chaco, con el objetivo de contribuir a la recuperación global de la especie y restaurar la conectividad entre las poblaciones de nutrias aisladas en el corazón de la región sudamericana.