El país con la mayor cantidad de camellos en el mundo no está en África ni Asia: hay 1 por cada 35 habitantes
El territorio de este país alberga entre 750.000 y 1.000.000 de camellos de diferentes especies.
Cuando se piensa en camellos, muchas personas asocian a estos animales con los desiertos de Asia y el norte de África. Sin embargo, existe un país que ostenta la mayor cantidad de ejemplares en el mundo, con un promedio de 1 cada 35 habitantes.
Este país, conocido mundialmente por su biodiversidad única, que incluye algunos animales salvajes icónicos, se ha convertido en el hogar de una de las mayores poblaciones de camellos, que se desenvuelven libremente en sus vastas zonas áridas.
¿Cuál es el país con más camellos en el mundo?
En contraposición de la creencia popular, el país con más camellos en el mundo es Australia. De hecho, las estadísticas muestran que es el hogar de entre 750.000 y 1.000.000 de ejemplares salvajes, que se dispersan por las regiones secas de su territorio.
Debido a la compatibilidad del clima y a las condiciones favorables del entorno, los camellos encuentran en estos sitios un hábitat muy ameno para poder subsistir sin mayores inconvenientes.
La historia de los camellos en Australia comenzó en el siglo XIX, cuando el transporte y la construcción en zonas áridas requerían un medio de transporte robusto y adaptable. Con el paso de los años, su población creció sin control, adaptándose fácilmente al clima seco típico de la zona.
¿Qué efectos negativos generó la superpoblación de camellos en Australia?
Aunque en un principio se pensó a los camellos como una solución ante la falta de medios de transporte en los desiertos, la superpoblación de estos mamíferos se convirtió en todo un problema para los habitantes de Australia.
El primer inconveniente surge por la gran cantidad de agua que estos animales consumen, lo que genera muchos problemas por las sequías prolongadas y los incendios forestales que afronta el territorio casi de manera constante.
Además, la ausencia de depredadores naturales provocó un desequilibrio a nivel ecológico y el desplazamiento de la fauna autóctona del lugar, como los canguros y los emúes, que compiten por el alimento y el hábitat.