

En un universo saturado de contenido artificial, hay momentos que destacan por su humanidad. Así ocurrió con un video grabado en Mercat, donde un maestro quesero abre una rueda de queso añejo y, al percibir su aroma, no puede evitar emocionarse.
Su reacción genuina -una mezcla de sorpresa, alegría y reverencia- ya acumula más de 1 millón de visualizaciones en Instagram, convirtiéndose en un fenómeno entre quienes valoran lo artesanal.
La cuenta que compartió el video es @mercatvillacrespo, un mercado gastronómico moderno de Buenos Aires que reúne cocina artesanal, productos gourmet y propuestas culturales.
En apenas un minuto, la escena logró lo que muchas campañas no consiguen: emocionar desde la autenticidad. No hay actuación ni artificio: solo el maestro, el queso y un instante irrepetible.
Un ritual que emociona a miles
El clip mostrando el queso en una mesa de madera, una rueda curada durante años y varios cuchillos que rompe la corteza con un crujido nítido. El quesero acerca la cara y respira hondo. Luego suelta una exclamación de felicidad y se besa los dedos. La emoción lo atraviesa y se vuelve contagiosa.
Los comentarios no tardaron en llegar: "Qué delicia, podría vivir a queso", escribió un usuario. Otro añadió: "La gente que escuchó el reel sin mirarlo, me miró raro en el bondi [bus, en España]". La pieza se volvió viral no por lo que muestra, sino por lo que transmite: el respeto por el trabajo bien hecho, la devoción por los sabores que cuentan una historia.
Qué tipo de queso genera esta reacción
Aunque no se menciona el nombre exacto, todo indica que se trata de un queso de larga maduración, afinado durante varios años en condiciones precisas de temperatura y humedad. Este tipo de productos -generalmente de leche cruda de oveja o vaca- desarrolla una complejidad de aromas que solo el tiempo puede revelar.
La textura firme, el aroma profundo y la formación de cristales internos son características de estas piezas únicas, imposibles de replicar en producciones industriales. Lo que el video muestra es, en definitiva, el momento sagrado de abrir una joya del tiempo.
Un fenómeno que habla de lo que realmente importa
Que un simple video sin palabras se haya vuelto viral en plena era digital tiene una explicación: la emoción no se edita. En un entorno cada vez más automatizado, los oficios tradicionales recuperan valor como testimonio de paciencia, saber acumulado y sensibilidad.

El maestro quesero no solo abrió una rueda: nos recordó que aún hay lugar para lo auténtico, lo lento, lo hecho con pasión. Y su entusiasmo -tan sincero como contagioso- convirtió una cata privada en un acontecimiento colectivo.
















