En esta noticia

Cuando una mascota comienza a comportarse de forma distinta, muchos propietarios no lo vinculan al dolor, sino a un cambio de ánimo o de rutina. Sin embargo, al igual que ocurre con las personas, las mascotas pueden manifestar que algo les duele sin emitir un quejido audible.

En su cuenta de Instagram, el veterinario Adrián Conde explica cuáles son las señales clave de que un perro puede estar sufriendo de osteoartrosis: “Se queda más atrás en los paseos, ves que ha cambiado su forma de jugar, le cuesta subirse al coche”.

Qué comportamientos revelan que un perro podría estar con dolor

Conde explica: “La forma de los perros de decir ‘me duele’ es dejar de hacer cosas o cambiar la forma de hacerlas”. Esa frase resume lo que muchos tutores pasan por alto: no se trata de que la mascota se queje, sino de que simplemente modifica su comportamiento.

Este cambio puede manifestarse como quedarse atrás al caminar, negarse a saltar al coche, o precaver movimientos bruscos. Si detecta alguno de estos signos, el experto alerta: “no normalices lo que puede mejorar”. Identificar estos matices a tiempo puede marcar la diferencia entre un tratamiento sencillo o uno más complejo.

Por qué conviene reaccionar con rapidez ante estos casos

La enfermedad que se plantea con frecuencia es la osteoartrosis, un trastorno degenerativo de las articulaciones que limita la movilidad del animal. Aunque no siempre sea evidente desde el primer momento, los síntomas pueden escalonar rápido. Por eso, ganar tiempo es clave.

El veterinario señala que, aunque la mascota parece simplemente “menos activa”, ese escenario puede esconder dolor real: “Cuando ves que ya no juega como antes o le cuesta levantarse, acude al veterinario”, advierte. No actuar puede significar mayor sufrimiento o menor calidad de vida para el perro.

Qué pueden hacer los dueños para prevenir o actuar a tiempo

El primer paso es observar cambios sutiles: que el perro camine más despacio, se quede en casa cuando antes salía sin problema, o evite el coche o las escaleras. Registrarlos y comentarlos en la próxima visita al veterinario ayuda a diagnosticar antes.

Cuestiones como mantener un peso adecuado, ofrecer paseos adaptados y evitar saltos excesivos en perros mayores puede retrasar la aparición de osteoartrosis. El veterinario con frecuencia recalca: “El dolor articular se puede tratar y curar”, lo que invita a no perder tiempo.

Atender estos detalles y saber interpretar lo que no se dice en voz alta puede transformar la vida del perro y reducir el dolor que calla.