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El pistacho no es un fruto cualquiera. Su historia se remonta a miles de años, cuando ya era considerado un manjar en las antiguas civilizaciones de Oriente Medio. Se han encontrado evidencias de su cultivo en la región de Irán hace más de 7000 años. Desde entonces, este fruto seco ha sido símbolo de riqueza, salud y prosperidad.

Su sabor único, su textura crujiente y su alto valor nutricional hicieron que el pistacho se convirtiera en un ingrediente clave en la gastronomía de países como Irán, Turquía y Siria. Los romanos lo introdujeron en Europa, y con el tiempo, su consumo se extendió a todo el mundo.

Hoy, el pistacho es más que un simple snack: es protagonista en dulces, helados y pasteles. Sin embargo, la moda viral por este fruto seco ha puesto en jaque a todo el sector al generar una escasez que amenaza con hacer desaparecer al pistacho de los estantes de supermercados y pastelerías.

Durante los últimos meses, la industria alimentaria mundial ha experimentado una auténtica revolución provocada por un producto inesperado: el chocolate de Dubái. Estas tabletas, elaboradas de forma artesanal en Emiratos Árabes Unidos y rellenas de crema de pistacho y chocolate blanco, se han convertido en un fenómeno viral en redes sociales.

Alcanzando más de 120 millones de visualizaciones en TikTok y agotándose en supermercados y plataformas de reparto en varios países.No obstante, este auge ha traído consigo un efecto secundario preocupante: una crisis sin precedentes en la cadena de suministro del pistacho.

El desequilibrio entre la creciente demanda global y la capacidad de producción ha disparado los precios del pistacho, generando problemas para productores de dulces tradicionales como el baklava en Turquía y forzando a empresas como Lindt a adaptar sus estrategias.

Mientras tanto, países como Irán y Turquía están redirigiendo sus exportaciones hacia Emiratos Árabes, mientras España se prepara para asumir un papel más relevante como productor de pistacho, especialmente tras el impacto mediático del chocolate de Dubái.

El mercado del pistacho al límite: precios récord y escasez global

La fiebre por el chocolate de Dubái ha tenido un efecto directo en los precios internacionales del pistacho. Giles Hacking, responsable de la distribuidora CG Hacking & Sons, explicó al Financial Times que "el mercado del pistacho está prácticamente agotado en estos momentos".

Según sus datos, el precio por libra (aproximadamente medio kilo) de pistacho ha pasado de 7,65 dólares en 2024 a 10,30 dólares en 2025, lo que representa un aumento superior al 30%.

Hacking detalló que esta situación no solo responde al aumento de la demanda, sino también a una cosecha irregular en Estados Unidos, principal productor mundial de pistacho, responsable del 65% de la oferta global. "No había mucho en oferta, así que cuando llega el chocolate de Dubái y -los chocolateros- compran todos los granos que consiguen... eso deja al resto del mundo con escasez", advirtió el experto.

Irán, segundo país productor junto con Turquía, ha incrementado sus exportaciones de pistacho a Emiratos Árabes un 40% en los últimos seis meses, lo que ha reducido la disponibilidad para otros mercados. Mientras tanto, Turquía se ha visto obligada a importar pistacho desde Siria para mantener su producción de baklava.

España, ante una oportunidad única: cómo convertirse en líder en la producción de pistacho

Frente a este panorama, España emerge como un posible beneficiario de la crisis global del pistacho. Actualmente, el país cuenta con más de 739.000 hectáreas dedicadas al cultivo de frutos secos, de las cuales el 10,3% corresponden al pistacho, que ya es el segundo cultivo en superficie después de la almendra. Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura lideran la producción nacional.

El próximo 4 de junio, Toledo acogerá la segunda edición de Pistadica 2025, el foro nacional de innovación en el sector del pistacho, donde más de 450 profesionales debatirán sobre cómo aprovechar esta coyuntura internacional.

Entre los temas clave estarán la optimización de los cultivos, la mejora de los procesos de transformación y la identificación de mercados estratégicos para el producto español.

"Necesitamos definir qué tipo de pistacho debe producir España, cómo adaptarnos a los estándares internacionales y generar el mayor valor añadido para nuestra industria", señalaron desde la organización de Pistadica 2025.

Un mercado en tensión y perspectivas a futuro

El fenómeno del chocolate de Dubái ha puesto en evidencia la fragilidad de la cadena de suministro global del pistacho y la capacidad de un producto viral para transformar industrias enteras. La presión de la demanda sigue siendo fuerte, y aunque nuevos países están aumentando su producción, el mercado aún está lejos de equilibrarse.

Con precios en niveles récord y una competencia creciente por acceder a materia prima de calidad, el desafío para los productores será sostener la rentabilidad a largo plazo. Para España, esta es una oportunidad única para consolidarse como referente en el mercado internacional de pistacho y aprovechar el impulso de una moda global que, por ahora, no muestra signos de detenerse.