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A partir de mediados de 2025, la hostelería en España (bares, restaurantes, hoteles y cafeterías) deberán eliminar los envases monodosis de productos como azúcar, mantequilla, leche y mermelada. La medida fue impulsada por la Unión Europea para reducir el uso de plásticos de un solo uso.

La normativa de la Unión Europeaafectará de forma directa a regiones con fuerte actividad turística como Andalucía, Cataluña o la Comunidad Valenciana. También incluye la eliminación de botes pequeños de gel y champú en alojamientos turísticos.

Nuevo reglamento de envases en la Unión Europea: cómo funcionará

La norma europea elimina el uso de porciones individuales en establecimientos de hostelería y alojamientos turísticos, con el objetivo de reducir la generación de residuos desechables.

Productos habituales como sobres de azúcar, envases de mermelada o paquetitos de mantequilla deberán reemplazarse por opciones reutilizables, como tarros colectivos o dispensadores recargables. En los hoteles, también dejarán de estar permitidos los clásicos botecitos de champú y gel de ducha, que serán sustituidos por dosificadores fijos.

Esta iniciativa forma parte del Reglamento PPWR de la Unión Europea, que busca armonizar las medidas medioambientales en todo el continente. Su aplicación tendrá implicaciones ecológicas, logísticas y económicas para el sector hostelero, especialmente en servicios como buffets.

A pesar de las dudas, Bruselas asegura que existen protocolos higiénicos para garantizar la seguridad en el uso compartido de estos productos, y recuerda que el impacto positivo en la reducción de residuos será significativo.

Cómo se prepara la hostelería española ante el adiós a los envases de un solo uso

La adaptación a esta normativa requerirá cambios importantes en la operativa diaria de los establecimientos. Desde la reorganización de losservicios de desayuno hasta la inversión en recipientes reutilizables, muchos negocios deberán rediseñar parte de su logística interna para cumplir con la ley sin comprometer la experiencia del cliente.

El personal tendrá que recibir formación específica sobre el manejo seguro de los nuevos recipientes compartidos, y en algunos casos, será necesario reforzar los equipos de limpieza para mantener los niveles de higiene exigidos.

Aunque algunos temen un posible incremento en los costes operativos, otros ven esta transición como una oportunidad para modernizar procesos y apostar por una hostelería más sostenible y alineada con las exigencias del siglo XXI.